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¿Lo legal es lo moral?

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Fecha Publicación: 09/06/2022 - 22:25
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Por Francisco Calisto Giampietri

Creo que el íntegro de los lectores que se tomen el tiempo para leer estas líneas estarán de acuerdo conmigo en que no es lo mismo lo que el título de este artículo inquiere, así algunos abogados se empeñen en sostener que por ser un hecho legal implícitamente es correcto, pero sabemos, refiérome a personas honestas, que no lo es; razón tenía mi abuela en decir: “Nunca te pelees con tu abogado, porque él te defenderá, así no te crea”, es así que vemos en el diario devenir de nuestro país, situaciones que nos permiten afirmar que no nos equivocamos al sostener que no es lo mismo legal que moral. Hoy que estamos tratando de entender las defensas más elaboradas que esbozan sendos intercesores, afirmando que el plagio no es lo mismo que la copia, que no cayó sino se derrumbó o que lo legal es moral y lo sostienen con la vehemencia que solía tener el príncipe Héctor, hijo de Príamo de Troya, sabemos por el más común de los sentidos, que es el sentido menos común de muchos, que por más elaborada que sea la tesis, no llegarán a justificar la cuadratura del círculo.

Nos quieren pues envolver en aquella nube que salvó a Héctor en su combate con Aquiles y que fuera generada por Apolo, sí aquella nube que cual tramoya cuelgan desde el Ejecutivo con vehemencia intestina a través de distractores, como: los sacha Consejos de Ministros descentralizados, el cambio de nuestros símbolos patrios, la insistencia en la propuesta de cambio de Constitución a partir de una Asamblea Constituyente o las pataletas en Davos, donde Dina clama que no los dejan gobernar.

Mientras que, a contramano día a día se evidencia más, por las revelaciones de la prensa, que el mal olor que hiede en la Plaza de Armas no necesariamente tiene conexión con las alcantarillas de la casa de Pizarro.

Y mientras todo esto sucede, vemos que en el patio de honor de Palacio de Gobierno el ex usuario del sombrero congrega a 300 reservistas, que no son necesariamente los 300 Espartanos, pues el inquilino de Palacio no le llega ni al talón a Leonidas, ni siquiera al de Aquiles y se desvive embelesando a los reservistas con promesas de satisfacción a demandas no atendidas y cerrando su alocución diciendo: “Siempre estemos atentos para defender la democracia y a la patria, que busca recuperar los derechos constitucionales de los peruanos”, en una clara utilización politiquera, que se nutre de la necesidad de quienes claman por sus derechos, los cuales son usados al más puro estilo castrochavista. No hay que ser muy agudo en el análisis para inferir que cosa esta detrás de esto, por más nubes de Apolo y tramoyas elaboradas pongamos al frente para taparlo.

La utilización de las necesidades de los reservistas y empoderamiento de los ronderos, a los cuales hasta oficina en Palacio se les ofreció, no hacen más que develar el fin ulterior. Y a todo esto, los ministros de Interior y Defensa brillan por su ausencia, ni una palabra han proferido y siguen soportando un régimen que ya extrapoló los parámetros de legalidad y por supuesto de la moralidad.

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