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Las 100 medallas

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Fecha Publicación: 17/04/2024 - 21:10
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Cuesta entender la persistencia de la información sobre las 100 medallas en los Bolivarianos de la Juventud. Se nos ocurre que hay una tendencia en magnificar las campañas que brinda el deporte nacional en sus participaciones internacionales, antes de emitir un juicio ponderado y sin estridencias.

Como el fútbol eclipsa cualquier disciplina ajena, es allí donde apreciamos los decibeles inapropiados de “levantar la voz”, usar “adjetivos superlativos” o cualquier gesto para “llamar la atención” con tal de hacer importante un resultado cuando aquel no se condice con su real trascendencia. Una trascendencia poco valiosa, o quizás, mejor decir, carente de satisfacciones.

Esta es una realidad, no de Perogrullo, todo lo contrario, es una realidad que contrasta con lo que ha sido nuestra participación en los Juegos Bolivarianos de la Juventud celebrados en Sucre hasta el domingo pasado, donde hemos confirmado que no crecemos, que seguimos muy alejados de los primeros lugares como hace 75 años cuando fuimos campeones bolivarianos, categoría mayores, en nuestra ciudad capital.

Hemos ocupado el quinto lugar con sólo 20 medallas de oro y no se ha conocido si acaso se ha logrado alguna marca destacada que pueda ser mirada con inquietud en la categoría promocional. Hablamos de registros nacionales o tiempos apetecibles para rescatar futuros talentos.
Colombia que ha sacado ventajas inalcanzables en los últimos años fue primero con 73 preseas de oro, luego Venezuela que vuelve a sufrir el deterioro de su desastrosa política interna, segundo con 63 doradas, le sigue Chile sin mayor historia bolivariana con 30, Ecuador cuarto con 25 y luego nuestra delegación que superó a la modesta Panamá y Bolivia.

Pero la prensa ha sido tan generosa con nuestros deportistas que se ha preocupado de reseñar las 100 medallas conseguidas, acumulando plata y bronce, estas últimas como muchas veces lo hechos dicho y lo repetimos, no alcanzan mayor incidencia porque son premios al por mayor.

Desviaciones desproporcionadas como las que comentamos hacen que el aficionado tenga un panorama muy distante de la realidad porque lo que buscamos, al menos en nuestro caso, es la verdad y no interpretar que el centenar de preseas nos conduzcan a un mejor camino bolivariano. Hace muchos años que no salimos de un puesto secundario.

Si nos detenemos a mirar el cuadro histórico de los JJBB no hemos repetido nunca un primer lugar y dudo que eso ocurrirá porque ya se han estirado las diferencias, a juicio nuestro, irremontables. Las razones para vivir sembrados en este escenario son varias. Política deportiva, gestión del Estado, formación física y técnica altamente profesional, apoyo de la sociedad, compromiso de las empresas privadas, todas ellas, en camino a hacerse firmes como promesa y compromiso.
Valorar y reconocer a los jóvenes que nos dado ese puñado de medallas de oro en Sucre es muy justo. Pero no representa una fotografía de mejores conquistas, si es que no bregamos para hacer un deporte más competitivo y más calificado.

Esa tarea no está en manos de los privados porque ellos no tienen responsabilidad en cargar con la mochila que jamás el Estado ha querido asumir. Esa tarea le toca al Estado. Es una verdad que no se quiere reconocer. Y ocurre porque el deporte y la formación del deportista hace décadas están en el rubro del olvido. Siempre hay otras prioridades. Siempre hay un antes que el deporte. Lo que uso se pregunta. ¿Hasta cuándo ?

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