La universidad y la galaxia Gutenberg
La universidad contemporánea vive entre la galaxia Gutenberg y la galaxia electrónica, entre el libro y lo digital. Este artículo es una reflexión acerca del actual cambio de época en la forma de impartir y adquirir conocimiento en la universidad, y tiene como hipótesis de trabajo que el sujeto universitario, o homo academicus contemporáneo, se define, a la vez, como homo typographicus y homo videns. Nuestro enfoque halla su sustento en el más clásico de los libros sobre este tópico: La galaxia Gutenberg. Génesis del homo typographicus (1962) de Marshall McLuhan. En esta obra, el filósofo y sociólogo canadiense tuvo la virtud de mirar el pasado para entender el futuro en cuanto a la manera de poseer y construir conocimiento. Es más, con McLuhan podemos afirmar que la forma de adquirir conocimiento determina la forma de la universidad y su esencia misma.
El orfebre Johannes Gutenberg, hacia mediados del siglo XVI, creó la imprenta, y con ella el libro, y con ambos dio origen a un nuevo sentido de la vida académica. El libro transforma el conocimiento y crea un nuevo tipo de vida en el campo académico. Además, democratiza el conocimiento, pues lo hace accesible a todos, o casi todos. Por añadidura, la tecnología siempre ha acompañado a la escritura y a su difusión. Es más, la historia de la tecnología ha marcado el conocimiento. McLuhan, por supuesto, sin caer en la idea de la “madre tecnología”, llega a sostener que el cambio social también sigue al cambio tecnológico. Afirma que la cultura tipográfica condiciona la manera de pensar, pues el pensamiento se hace lineal y repetitivo, mientras que la cultura electrónica lo condiciona para hacerlo multifuncional.
Sin duda, la imprenta y su creación, el libro, convirtieron a la universidad en un centro erigido en signos impresos. A propósito, Umberto Eco anota que “el signo es todo aquello que puede representarse”. Dice que “representar no significa reemplazar, sino que es una vía para conocer más acerca de algo”. Volviendo a McLuhan: a partir de la galaxia Gutenberg, construye un sentido histórico sobre la forma de impartir y adquirir conocimiento, de enseñar y aprender. Aquí surge su propuesta de una linealidad histórica del conocimiento, que podría ser también una historia del proceso de enseñanza y aprendizaje.
En el primer estadio, tendríamos al estado tribal o una comunidad socrática, caracterizada por “la oralidad y lo auditivo”. En el estadio intermedio, tendríamos un estado de destribalización, o la galaxia de Gutenberg, caracterizado por “lo visual” y el libro impreso. En un tercer y último estadio, tendríamos un estado de retribalización, caracterizado por “lo electrónico”, en el cual, al perdurar el libro, este sería “la conjunción de lo auditivo y lo visual”. Por supuesto, con el surgimiento de la imprenta, también se creyó que el libro, por su portabilidad, podría cuestionar la interacción social en la universidad, e incluso despoblar la ciudad universitaria y las bibliotecas. Pero McLuhan fue más allá, pues vio en la portabilidad del libro una extensión del cuerpo humano, tal como hoy podríamos ver el celular. Fue un visionario: previó que la cultura escritural competiría con la cultura electrónica, y que tal vez podría ocurrir el declive del tiempo textual en favor del tiempo cibernético.
Finalmente, así es: el sujeto universitario, o homo academicus contemporáneo, se define, a la vez, como homo typographicus y homo videns, y vive entre la galaxia Gutenberg y la galaxia electrónica, entre el libro y lo digital.
Por José Oré León
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