ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

La prepotencia del golpista

Imagen
Fecha Publicación: 25/06/2020 - 22:00
Escucha esta nota

Este show velasco-castrista, montado por los trotskistas que dirige el zamarro Zamora -que tiene embobado al ingeniero presidente- ha desvestido del disfraz democrático al régimen nacido de una coyuntura de corrupción. Como es esta, que fue producto de la renuncia del Kuczynski al verse contra las cuerdas por su doble juego de autoridad e intermediador de negocios para la empresa Odebrecht. Vizcarra imploró al fujimorismo que lo apoyase en el Congreso, presionando a PPK con el amago de destituirlo para así apurar la renuncia y, consecuentemente, la ascendencia suya al trono palaciego. El pago de Vizcarra fue dar un golpe de Estado, cerrando el Congreso apoyado por un Tribunal Constitucional conformado por seis tribunos con nombramientos vencidos y lánguidos porque el Congreso no nombrase a sus reemplazantes para permanecer así en sus cargos. Una mano lava a la otra y las dos lavan la cara. En consecuencia, de raza le viene al galgo. El golpismo –una de las modalidades usadas por jerarcas de la izquierda, como el impresentable Chávez, para llegar al poder y nunca dejarlo- lo lleva Vizcarra en las venas. Ni una gota de democracia corre por sus arterias. Lo solventa todo con la prepotencia del inepto con fuerza ajena. En este caso, respaldado por sus operadores de la progresía marxistas, inicialmente reclutados por Kuczynski y luego adoptados por él como heredero todopoderoso.

En marzo, Vizcarra aprobó un Decreto de Urgencia dictando que: “Todas las entidades públicas, privadas y mixtas sanitarias del territorio nacional, así como los trabajadores al servicio de las mismas, quedan bajo la dirección de la Salud Pública.” Tenía la norma legal para hacerlo, sin necesidad de caballazos ni amenazas. Pero prevaleció su prepotencia conminándolas con una estatización.

El amago de expropiación a las clínicas privadas tuvo una respuesta extraordinaria del representante de éstas últimas: “Si este Estado ni siquiera puede con sus hospitales, ¿cómo pretende administrar nuestras clínicas?”. Es más, tras la mendaz conducta del régimen Vizcarra -al repetir como papagayo que estaba a la espera de la respuesta de las clínicas al planteamiento para pactar un costo global por tratamiento de pacientes con Covid- el citado representante respondió: “Hace dos meses que nuestra propuesta (respuesta) está en la mesa del Seguro Integral de Salud SIS; hemos hecho un 50% de reajuste respecto a nuestra propuesta inicial (…) ¿Qué concesión ha hecho el SIS? ¡Ninguna! Además, nos debe S/ 60 millones por atenciones que ya hemos prestado a pacientes derivados por el sector Salud (…)” En resumen, dos meses después de que el mandatario Vizcarra prometiera públicamente que los pacientes del Seguro Social y del Sistema Integrado de Salud tendrían abiertas las puertas de las clínicas privadas para atenderse porque “nosotros hemos aprobado un decreto que dice que la atención para el Covid debe de ser integral. A falta de camas en los hospitales del seguro serán derivados a las clínicas particulares y el costo lo pagará el Estado”, este desgobierno no había ejecutado nada. Recién antier, viendo desplomarse de manera estrepitosa su “popularidad”, Vizcarra planteó expropiar las clínicas.