La descentralización es una deuda social pendiente
La descentralización es un proceso técnico-político orientado a alcanzar un buen gobierno, el cual debe ser liderado por las administraciones locales, diseñando políticas públicas acordes a las necesidades reales de sus regiones a la vez de establecer relaciones coordinadas entre los diversos ámbitos de gobierno.
Desde tiempos inmemoriales, Lima ha sido el epicentro del desarrollo de la vida económica y social del país y tomó mucho tiempo para que otras regiones, gracias a actividades económicas como la agroindustria y la minería puedan aparecer en el mapa de la modernidad.
Regiones como La Libertad, Piura, Ica, Lambayeque y Arequipa son algunas que tienen ahora un mayor protagonismo; sin embargo, es necesario acelerar y/o repensar el proceso de descentralización para que más peruanos generen riqueza en sus propias zonas y no tengan que trasladarse a la capital, perpetuando el centralismo.
El proceso de descentralización no solo debe ser económico, sino político y administrativo, se debe dotar a las regiones de las herramientas necesarias que les permitan avanzar teniendo como foco el desarrollo humano a través del fortalecimiento de más actividades productivas y poniendo en marcha prácticas que garanticen la distribución equitativa de los beneficios generados por ese crecimiento.
Por ello, es importante el esfuerzo técnico a fin de perfilar las atribuciones, competencias, funciones y capacidades de los gobiernos regionales, que complementen las funciones normativas del gobierno central, aunado a un esfuerzo decidido en la lucha contra la corrupción.
En julio último los medios de comunicación informaron que seis Gobiernos Regionales (GORE) utilizaron menos del 21% del monto asignado para sus proyectos –Huánuco, La Libertad, Ica, Cajamarca, Piura y Arequipa–, y el que menos lo usó fue Huánuco (9.6%), lo que evidencia, esto no es noticia, la mala gestión de los recursos de los GORE.
Esto no solo se debe a la falta de recursos profesionales para cumplir los requisitos y trámites solicitados por el gobierno central, sino también por la superposición de las competencias o atribuciones entre el gobierno central y los Gobiernos Regionales. Esta situación impacta de forma negativa en el manejo de los proyectos, que muchas veces no son ejecutados, perjudicando a la población que debe emigrar en busca de mejores oportunidades.
Conscientes de esa situación, nuestro gremio busca apoyar la descentralización y por ese motivo organizó 2 ediciones de la conferencia ‘Exportando sueños’, en las que abordamos la importancia del comercio exterior en las regiones visitadas y las oportunidades existentes para aprovechar responsablemente los recursos de cada una de ellas.
La primera fue en Piura, la segunda en Ucayali y en unos días más se realizará la tercera en Ica. Todos estos eventos tienen un común denominador, son el resultado de una alianza académica-privada-pública, pues invitamos a varios ministros de Estado, quienes tienen la oportunidad de conocer de primera mano los problemas que frenan el desarrollo de las cadenas productivas.
Creemos firmemente que un eficiente proceso de regionalización ayudará a reducir los indicadores de la pobreza en el Perú –el porcentaje pasó de 25.9% en el 2021 a 27.5% en el 2022, es decir, son 9.2 millones de personas en esa situación. Queda claro entonces que es momento de reformular todo lo avanzado y definir los próximos pasos a seguir para lograr la ansiada descentralización. El Perú no solo es Lima.
Por Julio Pérez Alván, Presidente de ADEX
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