ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

La celada contra el Perú

Imagen
Fecha Publicación: 05/03/2024 - 23:00
Escucha esta nota

Las intrigas en el poder son verdaderamente despiadadas, corrosivas, destructivas; generalmente condenables. Más aún, cuando la izquierda –el comunismo cubano, como pareciera ser el caso– estaría de por medio. Nos referimos, obviamente, a la trampa tendida contra el ex primer ministro Alberto Otárola, por ejes excéntricos a él, establecidos en centros de gravedad opuestos aunque todos dependientes de la propia presidenta de la República, Dina Boluarte. Hasta el domingo Otarola era, desde todo punto de vista, el soporte político más importante de la presidenta en este, todavía, juego perverso de intento y error en que se encuentra la mandataria, tras año y dos meses de inestable, no cuajado gobierno, asistida por su hombre de confianza, el renunciante primer ministro Otárola. Y, por otra parte, desde los primeros momentos en que Dina Boluarte asume el poder en condiciones bastante precarias estuvo la sombra cuestionada de su hermano Nicanor, hombre sin duda intrigante y ambicioso quien, a lo largo de estos catorce meses de intento por gobernar el Perú, es, en buena cuenta, uno de los responsables de que su hermana sea, todavía, una entelequia en la presidencia, compartiendo el poder con un Parlamento poblado por una mayoría de incapacitados para legislar; ávidos por cobrar estipendios encima de sus remuneraciones, cuyo único propósito no es mejorar los niveles de vida de sus compatriotas, sino completar su ciclo de oro el 28 de julio de 2026. Y por si fuera poco, repetir esa vida deslumbrante de gente todopoderosa que recién saborea el éxito, esperando ser reelegida en 2026.

Los primeros partes de guerra –sin confirmar– de esa conflagración política desatada formalmente la noche del domingo –aunque planeada con muchísima anticipación – indicarían que detrás de Dina Boluarte estarían su hermano Nicanor, asistido por el miserable Martín Vizcarra y su correveidile César Figueredo, brazo derecho durante su infame gestión presidencial y hoy máximo dirigente del flamante partido político del saurio Vizcarra. Son la parte visible del operativo para que era para desaforar del premierato al renunciante Alberto Otárola, y asegurarle a Vizcarra el control total de la jefatura del Estado.

Esto confirma la inestabilidad política que vive el Perú, impulsada por esa misma mafia corrupto-comunista que operaba detrás del golpista Castillo. Sin embargo, en este caso, desaparecido el perro NO acabamos con la rabia. Vivimos envueltos en la misma coyuntura conflictiva, explosiva hace mucho tiempo. Pronto cumpliremos tres años de acoso político, de violencia, corrupción, inseguridad ciudadana, etc. ¡El país no puede continuar así! El pueblo necesita, precisamente, lo contrario. Deshacerse de los mismos advenedizos comunistas, corruptos de cuello blanco, amiguetes de Odebrecht y de la corrupción en general. Para conseguirlo, la presidente Boluarte necesita acabar con esa actitud de malagua que tanto daño le hace daño a los peruanos, si lo que quiere es paz y progreso; caso contrario el comunismo y el atraso nos pulverizarán. El punto de quiebre es definir por quién apuesta ella: para formar un gabinete ministerial de primera línea que pueda gobernar el país, libre de tutelajes.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.