La alpaca peruana: Un tesoro aún por aprovechar
Nuestro país es líder mundial en la producción de alpacas. Posee un tesoro que yace en sus tierras altas, que va más allá de su impactante belleza escénica. La fibra de alpaca peruana es un activo valioso y que a pesar de contar con más del 80% de la población mundial de estos camélidos, el Perú no ha podido alcanzar aún el máximo potencial en el mercado internacional.
En las regiones altoandinas, ubicadas a más de 4 mil msnm, la crianza de estos animales se erige como la principal actividad agropecuaria. Sin embargo, estas áreas son vulnerables a los caprichos climáticos, desde heladas y nevadas hasta sequías. La resistencia y adaptabilidad de la alpaca a estas condiciones extremas son notables, pero su contribución económica va más allá de la supervivencia.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre el 70 y 80% de los ingresos en estas zonas provienen de la crianza de camélidos, proporcionando sustento a poblaciones que enfrentan condiciones adversas.
Regiones como Puno, Cusco y Arequipa destacan como los principales bastiones de esta actividad, donde la alpaca se ha convertido no solo en un recurso genético del Perú, sino también en un símbolo nacional y producto bandera.
La crianza también es una aliada del medio ambiente. En completa armonía con su entorno, este camélido ofrece una fibra sostenible y ecoamigable. Sus fibras naturales, que van cuentan con más de 23 tonos de colores, permiten la creación de prendas sin la necesidad de tintes dañinos, ofreciendo al mercado de la moda una alternativa respetuosa con el medio ambiente.
Sin embargo, a pesar de este potencial, el sector enfrenta desafíos significativos. La falta de conocimientos sobre técnicas de esquila, acopio y clasificación afecta la calidad de la fibra.
Asimismo, problemas genéticos derivados de la consanguinidad y prácticas de apareamiento inadecuadas también plantean amenazas a futuro. La baja crianza se agrava con la falta de cuidados sanitarios y la escasez de hierbas frescas para la alimentación.
Cabe resaltar que, entre enero y noviembre del 2023, las exportaciones de productos de alpaca sumaron US$ 187 millones 647 mil. Si bien son significativas, han experimentado una disminución del 4% en comparación con el año anterior. Esta caída refleja los desafíos internos que enfrenta la industria, desde la crisis de precios de la fibra hasta la falta de organización y capacitación en las asociaciones de alpaca.
Es crucial que el Perú aproveche plenamente su posición como líder en la producción de alpacas. Se necesita una mayor inversión en capacitación y tecnología para mejorar las prácticas de crianza, esquila y clasificación. La promoción de la mejora genética y la diversificación de productos derivados de la alpaca son pasos esenciales para revitalizar este sector.
En ese sentido, resulta fundamental fortalecer a la Comisión Nacional de la Alpaca (Conalpaca), pues es la encargada de proponer, impulsar y monitorear las acciones estratégicas a fin de posicionar a la cadena productiva de la alpaca en el mercado interno y externo, es decir, el motor para que esta industria prospere.
La alpaca no solo es un recurso valioso para el país, sino también una contribución única al mundo de la moda y la sostenibilidad. Es hora de que el Perú despierte al gigante dormido y se posicione como un líder mundial en la exportación de esta fibra excepcional.
Por Julio Pérez Alván
Presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX)
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.