Investiguemos a los grandes corruptos socialistas
La izquierda puso el pie en la puerta del Estado apenas olfateó la medianía de Toledo, permitiéndose así coronar su obra magna -la comisión de la verdad- que fue instituida por Paniagua. Otro espontáneo como Vizcarra, aupado al poder por la progresía luego de tomar el control del país tras la destitución de Alberto Fujimori. Paniagua –hombre de buenas maneras aunque, en rigor, un falso prohombre de la patria- navegó durante siete meses desarticulando lo que pudo de la gestión anterior. Hasta que la izquierda lo cuadró, conminándolo a conformar la citada comisión integrada por doce individuos. Diez de ellos serían zurdos; uno neutro, como el pastor Lay; y otro militar retirado, que sirvió como ministro a Velasco y Morales Bermúdez. La misión de la cvr fue reescribir la historia del Perú de aquellos 25 años de sanguinario terrorismo. Recordemos que Sendero y mrta sirvieron de sicarios para ejecutar la “transformación” cívica socialista, gestada a inicios de los sesenta. ¡Como los soviets en Rusia! Sin embargo la cvr culpó al Estado de genocida, a través de las FFAA, la Policía y las altas autoridades de los gobiernos aprista y fujimorista. Le imputo “asesinato de luchadores sociales, que sólo iniciaron un justo conflicto por abusos cometidos contra ellos desde las gestiones de Belaunde, García y Fujimori”. Paralelamente, la cvr reivindicó al mrta y sendero. ¡En la práctica les pidió perdón a nombre suyo, amigo lector! Fue la venganza de la zurda derrotada, y la humillación a “la derecha reaccionaria” culpándola de haberla mutilado.
Sirva este prefacio para aplaudir una iniciativa de sendas bancadas congresales que plantean la conformación de una comisión de la verdad “para definir responsabilidades sobre los miles de peruanos muertos” por una infamemente mal manejada pandemia. Probablemente el número de víctimas por Covid-19 supere a aquellos 35 mil peruanos asesinados por sendero y mrta. La imputación contra el régimen Vizcarra -culpable del desmanejo sanitario y socioeconómico de estos cinco meses de desastre nacional que han llevado al Perú a ocupar, hasta ahora, el quinto puesto mundial en cantidad de contagiados, y el tercero en cuanto a número de fallecidos por millón de habitante- es la secuela de muertes por enfermedad, hambre y desesperación que dejará entre la ciudadanía la ineptitud y desidia oficialista, a consecuencia de su letal gestión sanitaria lo mismo que económica. Son razones abrumadoras, demoledoras. La izquierda pidió eufórica una comisión de la verdad para reivindicar al terrorismo. ¡No así para imputar a los culpables de la corrupción que embarga a muchos de los suyos –Humala, Glave, Villarán, por citar algunos- ni para reclamar por las miles de víctimas del Covid (donde son culpables sus engreídos Vizcarra, el trotskista Zamora, el rojo Zeballos y tantos otros), demostrando ser falsaria cuando fanfarronea su defensoría del interés popular!
Resulta urgente que el centroderecha se comprometa a lograr que el Poder Legislativo consolide esta iniciativa de crear una comisión de la verdad para investigar el manejo temerario de la pandemia. ¡Y otra para deslindar responsabilidades por esa corrupción apellidada Odebrecht!