¡Indignante corrupción en Ministerio Público!
La situación del Ministerio Público es absolutamente deplorable, vergonzante y delictiva. Opera como típica sucursal de un grupúsculo de poderosísimas mafias.
Empezando por Odebrecht e incluyendo la camorra Martín Vizcarra, el cogollo Pérez Gómez/Vela Barba y, genéricamente, a todas aquellas organizaciones políticas, sociales, mediáticas, etc. con tendencias antifujimoristas como antiparistas.
La Fiscalía de la Nación peruana del siglo XXI es un ente politizado, ideologizado y sobre todo turbio e incapaz de investigar los delitos y crímenes de manera profesional. Sólo bajo la perspectiva de aquel estilacho gangsteril, aplicado por una organización criminal que utiliza el poder coercitivo que -por ley- tiene cada fiscal para intimidar, perseguir, coaccionar, organizar detenciones y/o solicitar condenas siniestras.
Incluso si se tratase de un ciudadano que no ha cometido delito ni crimen, pero que tiene la condición de adversario político opuesto a los siniestros intereses de la camorra ideologizada que lidera el tal Gorriti, para manejar verticalmente los hilos de nuestra Fiscalía desde inicios del siglo XXI. Y bastara’ aquello para hacerle desaprobar el examen. ¡Inclusive sin darlo!
Esto que en cualquier parte del planeta sonaría a fábula, en el Perú es una realidad desde la primera década del siglo XXI, cuando la izquierda caviar o de salón se transformó en defensora permanente de los terroristas. A partir de allí, Gorriti se infiltró cual virus en la Fiscalía, patrocinado por todopoderosos, santificados caviares, conversos en la nueva fuerza de avanzada ideológica de la izquierda global. Para que el lector sepa el perfil de estos asaltantes del Ministerio Público, recordemos otra “gesta” de la Fiscalía.
Vizcarra, como exministro de Transportes y Comunicaciones, es símbolo del affaire ‘Chinchero’, que implicó la aprobación fuera de tiempo de una adenda irregular sumada al contrato de construcción del aeropuerto en ese centro poblado. Previo a la vacancia de Vizcarra, un tal Alejandro Silva, asesor de Pablo Sánchez -entonces fiscal de la Nación- “coordinó” para que “Vizcarra no tenga problema en ser presidente”.
Esto revelaría posteriormente el depuesto por corrupto excongresista César Villanueva, amigo de Vizcarra. Ya en 2018, Sanchez archiva la indagación abierta contra Vizcarra, allanando definitivamente el camino a la presidencia accidental al impresentable Vizcarra.
Y últimamente, el locuaz Jaime Villanueva, exasesor de Patricia Benavides, la suspendida fiscal de la Nación, lanzó dardos a diestra y siniestra, cayendo varios de estos proyectiles envenenados a mitad del combate a mucha gente.
Por ejemplo, al socarrón zorro Vizcarra . ¡Entre Pedro Sánchez y su asesor Alejandro Silva exorcizaron a Vizcarra! Ahora, sin embargo, estaría próximo a ser imputado por la Fiscalía por colusión y negociación incompatible en agravio del Estado.
A menos que Gorriti interceda por evitarlo. Esa es la laya de una justicia doble estándar, como en la que se ha convertido la peruana, en la que desconfían sin duda los extranjeros.
¡Salvo que hablemos de piratas como Odebrecht, que acabarán devorándose al Perú facilitados por los gorritis y compañía! ¡Pronúnciense, congresistas!
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