Increíble protección

En el Perú suceden cosas que a muchas personas en el extranjero les parecen increíbles, y la verdad es que no hay sustento lógico para aceptar tamaños despropósitos. Hoy quiero mostrar solo tres de las muchas cosas que ocurren a vista de todo el mundo.

El primer tema que resulta increíble es la protección que las leyes brindan a los terroristas y violadores, a quienes debemos respetar su derecho a mantener la reserva de sus identidades. Es decir, no se puede tener una relación de estos desalmados para proteger a la sociedad de sus sanguinarias y malsanas acciones que destruyen la vida de familias enteras.

La ministra de Educación, Magnet Márquez, ha puesto en evidencia la ley que fue promulgada en la gestión de un expresidente que hoy enfrenta un proceso judicial por presunta corrupción.

Ahora, la titular del sector Educación ha iniciado una cruzada en defensa de la sociedad, porque todos tenemos derecho a saber en manos de quiénes está la formación de nuestros hijos. Esperemos que los congresistas respondan con responsabilidad y aprueben rápidamente la norma legal que debe ser presentada para cambiar esta malsana protección.

Siendo más radical, hasta deberíamos pedir pena de muerte para estos monstruos que se ensañan con inocentes y, además, incluir también a otros criminales que no respetan la vida y matan sin piedad.

Otro hecho increíble que ocurre es la actitud de la organización vinculada a los rezagos de Sendero Luminoso, la Fenatep, cuyos dirigentes reclaman la salida del ministro de Trabajo por haber anulado la inscripción sindical fraudulenta que lograron en ese portafolio, apoyados por el corrupto Pedro Castillo. Por si fuera poco, también piden cambios en el ministerio de Educación, porque defiende la meritocracia y el respeto a la carrera docente. Esa seudo organización sindical se da el lujo de reclamar y exigir. Increíble pero cierto.

Por último, parece un mal sueño lo que a todas luces ha sido el más grande engaño que hemos sufrido todos los peruanos con el caso Lava Jato y la corrupta empresa Odebrecht. Millones de soles y años perdidos sin resultados a la vista. No hay presos y ya se va aclarando lo mal que actuaron los fiscales Rafael Vela y Domingo Pérez.

Es increíble pero estos fiscales siguen tratando de engañar al Perú entero con su cháchara. Nos faltan el respeto, porque nos creen tontos. Ni siquiera son capaces de lograr una sentencia a una ex alcaldesa de Lima que ya reconoció que recibió 10 millones de dólares de la corrupta empresa brasilera y no le pasa nada. ¿Y cuántos peruanos presos por robar cien soles hay en los penales?

Es impostergable, por la salud moral del país, que se realice una rápida y eficaz investigación que determine responsabilidades de ese grupo conformado por los mencionados fiscales y los integrantes de un estudio de abogados – ONG que durante años ha estado sospechosamente cerca de las máximas autoridades del Ministerio Público.

Por sus frutos los conoceréis, reza el adagio. El fiasco monumental del caso Odebrecht es el fruto de esta argolla judicial – mediática que tanto daño ha causado al Perú.

Sancionar a quienes engañaron a un país entero, favorecieron la impunidad de las corruptas empresas brasileras y utilizaron las investigaciones fiscales como un arma filosa para acabar con sus adversarios políticos, esos son temas que deben estar en el debate de las próximas elecciones generales.

Finalmente, ¿no entienden los jueces y fiscales que el pueblo quiere justicia? ¿No entienden que el respeto es una calle de dos vías y que una persona no puede pedir respeto si él mismo no respeta a los demás? En el Perú las personas de bien sólo queremos vivir en paz, somos el pueblo, merecemos respeto porque es uno de los grandes tesoros de la vida. Es lo que pienso y ya saben ustedes, amigos, que siempre digo lo que pienso, con el perdón de los adefesios.

Por Óscar Becerra Tresierra

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