Hablando de fronteras… ¿y el Putumayo?

La selva amazónica es el bosque tropical más extenso del mundo, disponiendo de 7 millones de kilómetros cuadrados, constituyendo el 40% del continente sudamericano y rodeada de 9 países, entre ellos el Perú, la biodiversidad de la Amazonía es enorme y de incalculable valor; siendo un verdadero tesoro del patrimonio natural de nuestro planeta.

El Perú es uno de los países afortunados de contar con parte de esa región que constituye el pulmón del mundo, disponiendo de una frontera territorial de alrededor de 4,300 km con Colombia y Brasil y dentro de esos extensos limites, el Trapecio Amazónico es el más trascendente por lo que significa para los intereses de la patria.

La Triple Frontera (Colombia-Brasil y Perú ) como zona geográfica es de suma importancia geopolítica y geoestratégica, debido a la ubicación en esta parte de la Amazonía peruana donde se controla todo el comercio que transita por los ríos Putumayo, Yavarí y el Bajo Amazonas y a la vez puede unir a los consumidores del Océano Pacifico y Océano Atlántico, constituyéndose rutas de comercio y navegación de relevante importancia para las economías emergentes.

Siendo esta zona de vital importancia para el Perú, lamentablemente la escasa presencia del Estado trae como consecuencia un crecimiento exponencial de actividades de Narcotráfico, *en el año 2012 se registraban 440 hectáreas de hoja de coca*, en el 2020 se incrementó a 4,247, a finales del 2021 subió a 6,472 y a finales del 2023 se incrementó aprox. a 10,000 hectáreas de plantaciones de hoja de coca, según un Informe del Observatorio Peruano de Drogas (OPD) Devida.

La principal razón del incremento de cultivo de hoja de coca es la gran demanda de EEUU y Europa inclusive llegando al Asia y como consecuencia de ello; es una zona donde los pobladores conviven con el sicariato, tráfico de niños y mujeres, contrabando, piratería, etc.etc.

La amenaza cada vez mayor del crimen organizado en el espacio de la Triple Frontera, sumado a la presencia de bandas criminales que pugnan por el poder y el control de actividades ilícitas, hacen que la población se sienta vulnerable ante cualquier ataque o amenaza. Colombia tiene a Leticia, Brasil a Tabatinga y Perú a Santa Rosa, sin embargo la diferencia en apoyo y presencia del Estado de los países vecinos son incomparables.

El Ejército del Perú, en el año 2014, creó una Gran Unidad de Selva en Caballococha (muy cerca a Santa Rosa), con la finalidad de tener presencia, dar seguridad y promover el desarrollo de las comunidades limítrofes , cuyo esforzado y denodado trabajo significa actualmente una esperanza para muchos pobladores de esa inmensa zona, sin embargo los escasos presupuestos y la indiferencia del Estado en esa zona hace que los esfuerzos de los militares y policías sean muy limitados, con el agravante que la Triple Frontera cada vez está siendo más convulsionada y de mucho riesgo.

Ante esta situación que se vive en esas zonas también peruanas, es de prioritaria urgencia que el Estado Peruano gestione ante Organismos Internacionales y Nacionales los recursos necesarios para preservar una zona tan importante y que se constituye como la Reserva Estratégica Nacional.

Por gral DIV EP Ronald Hurtado Jiménez 

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