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Golpismo comunista

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Fecha Publicación: 30/04/2022 - 22:59
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Vladimir Cerrón y Pedro Castillo preparan un golpe de Estado usando las propias normas constitucionales. Quieren demoler la democracia para perpetuar su proyecto comunista. Por eso impulsan una consulta popular -para convocar a una asamblea constituyente-, aprovechando las próximas elecciones municipales y regionales.
Nuestra Constitución no puede ni debe ser arrinconada con la coartada de que ‘el pueblo’ decida, porque para eso están sus representantes en el Congreso; representantes legítimamente elegidos por ‘el pueblo’ en las urnas. Lo propuesto por Cerrón y Castillo, siguiendo la receta castro-chavista, dinamita al sistema desde su propio corazón.
Ayer el notable intelectual Hernando de Soto -a quien es necesario volver a escuchar- alertó sobre el proyecto de consulta

. De Soto explica que “esconde trampas legales muy sofisticadas que nos llevarán progresivamente a una asamblea constituyente y el Presidente podrá despojar al Congreso de sus funciones exclusivas. Un autogolpe para constituir una dictadura comunista. Es la misma hoja de ruta de todos los partidos comunistas minoritarios del mundo”. De Soto advierte que “El Perú es víctima de una conspiración perversa de Cuba y Venezuela con apoyo de Rusia, en la que se quiere convertir al Perú en su cabecera de playa en Sudamérica”.

Una nueva Constitución no es la solución para ninguno de los problemas que nos afectan. De hecho, buena parte de ellos empezaron a resolverse gracias a la Constitución de 1993, en cuya elaboración participaron la mayoría de partidos políticos, de todo pelaje, dejando atrás la Constitución de 1979, estatista y emanada de una dictadura militar. Es más, el estrepitoso fracaso económico y social del segundo belaundismo (1980-1985) y del primer alanismo (1985-1990) puede fácilmente vincularse a esa Constitución, que hoy algunos apristas de la vieja guardia añoran, por el simple hecho de que fue firmada por su líder histórico Víctor Raúl Haya de la Torre. Por eso Cerrón tiene apoyo de algunos apristas para pulverizar la Carta Magna que sacó al Perú de la hiperinflación, nos enrumbó en el camino del libre emprendedurismo y permitió el exitoso segundo gobierno de Alan García, con un crecimiento de hasta 10% anual.

Esta Constitución es útil, buena, moderna y digna. Reconoce todos los derechos humanos, políticos y económicos a la población, sin distingo alguno. Así como las libertades para una convivencia pacífica que permita el desarrollo espiritual, creativo, cultural y material, con oportunidades para todos dentro de una economía social de mercado. El no nacido es sujeto de derecho en todo lo que le beneficie, un tema que saca de quicio a las feministas pro aborto (otras aliadas del golpismo comunista). Reconoce como oficiales a todas las lenguas habladas en el territorio como nacional y “El Estado apoya preferentemente el régimen agrario”.

Los propios mecanismos constitucionales permiten la modificación parcial o el reemplazo total del texto. Compete, pues, al Congreso librarnos de estos golpistas comunistas. ¡Ya!.

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