El potencial que ciega
Perú cuenta con un enorme potencial geológico minero que nos convierte en un lugar atractivo para invertir, por lo que es bueno organizar eventos como el de Perumin que ha competido en difusión con las recientes elecciones regionales y municipales.
Muchas empresas desarrollan actividades mineras (exploración, aprovechamiento, procesamiento y comercialización) o relacionadas a ella (servicios especializados). Debemos tener en cuenta que nuestro país es productor de casi todos los minerales, tales como: oro, zinc, plomo, estaño, diatomita, indio, andalucita y selenio, cobre, plata, molibdeno, cadmio y roca fosfórica.
Esta riqueza mineral se refleja en nuestras exportaciones, debiendo precisar que del total de estas, más del 60% son por productos minerales, metálicos y no metálicos, razón por la cual somos calificados como país minero.
El tema es que el Perú tiene un potencial minero en realidad extraordinario. Actualmente sólo el 0.3% se explora de nuestro territorio y el 1.1% está en explotación, donde sólo el 0.05% de nuestro territorio representa el área superficial de las unidades mineras en operación (INGEMMET, agosto 2022).
La información acerca de la incidencia de la minería en las exportaciones debería ser la conciencia nacional sobre la importancia de la actividad minera, ya que las divisas que se obtienen son las que permiten que el Estado, junto a otras contribuciones, pueda cumplir con servicios en salud, educación, saneamiento, sueldos a la burocracia, gastos en la defensa nacional y muchas obligaciones más.
Sin embargo, hay elementos que, llevados por la ignorancia o por el odio, se oponen irracionalmente a la actividad minera legalmente establecida. Tienen la idea de que atacando ganan la atención de muchos. Pareciera que el razonamiento fuera: “si ganamos, nos vanagloriamos y si perdemos, somos víctimas de un gigante abusivo (la minería y el Estado), pero no importa, somos noticia”. No les importa el Perú y sus necesidades, sino el protagonismo político.
Así las cosas, debemos tener presente que el reto actual e ineluctable del Gobierno, del Congreso, de las empresas, de la ciudadanía toda debe ser la búsqueda de los recursos naturales que Dios o la naturaleza -según se crea- nos ha dado y que deben servir para lograr el progreso y bienestar de los peruanos, en especial de las poblaciones cuyos niveles de calidad de vida urge elevar, y eso no se hace con discursos o planteamientos vacíos de contenido. Para ello se necesitan inversiones, con reglas claras y concordantes con nuestro ordenamiento jurídico. Recordemos a Raimondi: “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”. Nada más cierto.
(*) Abogado, docente universitario, consultor legal
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