«El lobo se come el poni de la presidenta de la Comisión Europea»
“La fortuna es una mujer y, como toda mujer, es voluble”. Julio César
La cita atribuida a uno de los mayores genios militares y políticos de todos los tiempos es parte de la obra El Príncipe (Il Principe) escrita por Niccolò Machiavelli, un pensador político italiano del Renacimiento. Una obra que exalta la figura de nuestro rey Fernando el Católico como excelso gobernante. Una metáfora que me viene a la mente con el menú para cenar de una noche de septiembre, pobre Dolly. Una pérdida habitual para los ganadores españoles y europeos durante los últimos años.
El lobo, un animal que ha sido temido y cazado durante siglos, está viviendo un momento de cambio en Europa que explica bien los tiempos woke que vivimos. En España, el lobo ibérico fue declarado especie protegida en el 2013, y su población aumentó de forma considerable en los últimos años, pero era controlado en aquellos lugares donde su densidad era mayor y por lo tanto el peligro. El 22 de septiembre de 2022, la coalición socialista y comunista del gobierno de España, prohibió definitivamente la caza en todo el territorio español. Ahora el lobo mata a su antojo y nadie controla su población que se expande peligrosamente.
Tal disparate, típico de la ceguera ideología de la izquierda ignorante y urbanita, desato multitud de protestas de agricultores y ganaderos. Los ganaderos han visto como los ataques a sus animales aumentan constantemente. Sufriendo las correspondientes pérdidas económicas, rabia e impotencia y la ansiedad de si volverán la noche siguiente. El lobo animal dotado de instinto y poca inteligencia política prefiere comerse el poni Dolly que correr detrás de un jabalí.
Sin embargo, la mayoría de los gobiernos de Europa y la Comisión Europea hicieron oídos sordos a los expertos, a cientos de asociaciones y a los peor parados, los agricultores y ganaderos. En este contexto, resulta irónico e indignante que ahora la UE esté estudiando la posibilidad de flexibilizar la protección del lobo después de que uno de ellos devorara al poni de Von der Leyen. La presidenta de la Comisión Europea era una firme defensora de la protección de la naturaleza, aunque todo parece indicar que ve con otros ojos a Caperucita Roja.
El estudio de la UE, dicen, tendrá en cuenta los datos científicos sobre la población de lobos en Europa, así como los impactos que la especie tiene sobre el ganado y la agricultura. El objetivo, ahora, es encontrar un equilibrio entre la protección del lobo y la preservación de los intereses de los ganaderos.
La fortuna hoy sonríe a los agricultores y ganaderos, pero mal va Europa y sus políticas cuando se cambian a la voluble voluntad de una mujer. Algunos líderes iberoamericanos sabrán usar esta metáfora para tener éxito en sus relaciones políticas con el gobierno de la UE. Gracias Dolly, descansa en paz.
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