El líder transformacional
“Anticiparse es el poder más importante. Los perdedores reaccionan; los líderes se anticipan”, nos dice el gurú motivacional Tony Robbins. Si trasladamos este principio acerca del poder de la anticipación al mundo de la política, queda claro por qué tenemos una clase política llena de perdedores.
En el pequeño mundo de la política, y en el mundo mayor del diseño y ejecución de la política pública, la anticipación estratégica —el intentar adelantarse a los hechos y delinear una ruta de acción— brilla por su ausencia. Por eso todo aparece tan caótico, tan sorpresivo, tan de repente. Y como resultado, la realidad es así de caótica y sorpresiva, solo que a un costo altísimo.
Superar el caos de la política y devolverle un sentido mínimo de predictibilidad al manejo de la cosa pública requiere de líderes trascendentes y transformacionales, capaces de delinear un norte, de construir una visión, de retarnos a ser mejores. Desafortunadamente, no es lo que hemos tenido —casi, diría— desde el comienzo mismo de la República, 202 años atrás. Ciertamente, hemos tenido algunos personajes preclaros y dignos de ser emulados.
El resto ha sido consignado —con justicia— a los pie de página de la historia.
La pregunta que surge es: ¿y qué significa ser un líder trascendente y transformacional en el Perú del Siglo XXI? Mi respuesta es muy sencilla: ser a la vez un hombre o mujer del Renacimiento y de la 4ta Revolución Industrial.
Un hombre (o mujer) del renacimiento en el sentido de tener un apetito amplio por el conocimiento, capaz de reconocer la complejidad del mundo en el que nos movemos, consciente del peso de la historia, pero sin temor a recorrer caminos no recorridos, y a ir innovando, transformando, e inspirando a todos a quienes tiene a su alrededor, educando con el ejemplo, creando escuela.
Y ser una mujer (o un hombre) de la 4ta Revolución Industrial en el sentido de reconocer que estamos en una competencia global de talentos, que la globalización puede que se haya detenido un poco en materia del comercio de bienes y servicios, pero que se ha acelerado a velocidad supersónica en materia del tránsito de datos, información y conocimiento.
Que la combinación de automatización, robótica e inteligencia artificial lo está cambiando todo, comenzando por la salud, la educación y el trabajo y que de la manera como manejemos dicha combinación depende que avancemos o retrocedamos en la carrera del desarrollo, que como debería habernos quedado claro, es siempre un término de contornos relativos. Un líder trascendente y transformacional reconoce estos retos, y se anticipa. Y nos lo hace saber. Y enciende así la pradera que todo lo cambia.
Por Carlos Anderson
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