El Islam y el tiempo del Ramadán
Se acaba de iniciar el tiempo del Ramadán, que relieva la actitud musulmana por el ayuno. Es lo más trascendente. Los más de 1850 millones de fieles del Islam que existen en el mundo, lo viven en completo respeto de las exigencias de esta importante religión monoteísta, la tercera cronológicamente en aparecer en el escenario internacional después del judaísmo y el cristianismo, y luego de que Mahoma, el Profeta Mayor, la fundara en el 622 d.C. en la península arábiga, al haberse producido la experiencia histórica conocida universalmente como la Hégira que fue la migración o hiyra –algunos la refieren erradamente como huida–, del profeta desde la ciudad de La Meca a Medina dado que los caciques de La Meca se resistían en aceptar la nueva religión. El Ramadán tiene dos fechas claves que son de un lado, la denominada noche del decreto o Lailat el Qadr, que recuerda el momento de la revelación del Corán, el libro sagrado del Islam al Profeta Mahoma, y el Aid el Fitr, que es el día en que finaliza el ayuno y se celebra una gran fiesta, prevista al cabo de 30 días. Así, pues, por el lapso de un mes los musulmanes ayunarán y deberán abstenerse de mantener relaciones sexuales durante las horas de luz hasta la puesta del Sol. Se trata, en consecuencia, de un tiempo sumamente apreciado por sus creyentes y también por los que no lo somos. Pero no se crea que su sentido está dominado únicamente por el ayuno. De hecho, en este tiempo los musulmanes renuevan actitudes hacia la mansedumbre y el pacifismo por lo que no suelen mantener una participación activa en conflictos prefiriendo las treguas, por lo que abrigamos la esperanza que pudiera producirse un alto al fuego en Gaza por Israel y el Hamas, y el esperado nuevo canje de rehenes judíos retenidos por la milicia que controla Gaza desde 2007, a cambio de sus presos por actos terroristas, en su mayoría, en Israel.
Pero, lamentablemente, al Ramadán, que es uno de los 5 pilares del Islam –los otros son la profesión de fe, la plegaria colectiva, la peregrinación y la limosna a los pobres–, se oponen y lo rechazan grupos humanos marginales e intolerantes que rechazan esta importante y trascendente religión, y tanto que en nada se diferencian de aquellas manifestaciones extremistas del propio Islam, que siendo mínimas, la desvirtúan, poniendo al descubierto la islamofobia en algunos países, principalmente europeos, golpeados por el terror en los últimos años, hay que decirlo, aunque también por el prejuicio con sesgo que existe hacia el Islam desde occidente, también hay que decirlo. Los extremismos vengan de donde vengan siempre serán malos y muestran la insensatez e intolerancia en toda su dimensión. Las reacciones de europeos radicales al Islam y a sus manifestaciones religiosas como hemos visto en Francia a fines de 2023, solo van a engendrar represalias mayores. Cuidado con eso. Hay que ir al fondo del problema cuya solución no es militar o coactiva, sino educativa que es el único camino hacia la tolerancia con realismo. El respeto religioso será fundamental para el mejor entendimiento de las culturas y las naciones del mundo. Mi saludo en este tiempo especial del Ramadán a todos los miembros de la comunidad musulmana en el Perú y en otras partes del mundo, con las que me honro en interactuar y sobre todo de contar con su amistad.
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