El gobernante de la mentira contumaz
Al estilo más rufianesco, el accesitario presidente Vizcarra ofendió a Arequipa –al país entero, en rigor- ayer durante su visita relámpago a la ciudad mistiana. Sin inmutarse, comprobó cómo eran desalojados decenas de enfermos del hospital Honorio Delgado y colocados en carpas improvisadas para evitar que esa figura apareciese en su visita –prevista el domingo- en fotografías con víctimas regadas por los pasadizos o sobre camillas destartaladas tiradas en los lúgubres pasadizos del nosocomio. Por cierto, el espontáneo mandatario no pudo ingresar a una ceremonia que le habían armado los burócratas del Ministerio de Salud, porque el personal médico, las enfermeras y los técnicos de dicho hospital lo encararon al ingreso -en protesta estrepitosa- exigiéndole no sólo camas, respiradores, oxígeno, uniformes, mascarillas, etc., sino demandando el pago de sus haberes, retenidos desde diciembre del año pasado.
Sí, amable lector, en plena pandemia ¡este gobierno ruin no paga lo que les debe a los trabajadores a cargo de la Sanidad Pública! Impactado por la bulliciosa, justificada protesta, Vizcarra tomó las de Villadiego huyendo del lugar. Ahí no quedó su desplante a Arequipa. Antes de retornar a Lima declaraba esto a la prensa corrupta: “La región que tiene más camas hospitalarias es Arequipa con 700. No puede ser que haya pacientes haciendo cola en las calles por falta de cama de hospitalización. Ya hay camas aquí”. Es decir pretendió desmentir al personal de planta del Honorio Delgado, que clamaba por equipamiento, espetándole un sonoro “Aquí ya hay camas”, e insinuando que la tragedia humana que viven los arequipeños que asisten a ese centro de salud es solamente una mascarada.
Y claro, ayer las portadas y páginas enteras de esa prensa vendida al oficialismo sólo destacaban las mendaces necedades de Vizcarra, ocultando como siempre la verdad. Forma parte de la desinformatzia que practica este régimen manipulado por titiriteros progre-marxistas. Así viene ocurriendo desde mediados de marzo con los equipos de respiración, las pruebas moleculares, y las medicinas que escasean en los hospitales del Estado. No por culpa de las farmacias o los laboratorios, sino por ineptitud del sector Salud que no las importa. Igual sucede con el oxígeno.
Pese a que desde el inicio de la pandemia se supo que era vital para evitar muertes, el gobierno Vizcarra no adquirió plantas para producir –y balones para envasar- este complemento crítico. En otras palabras, el infame comportamiento de la gestión Vizcarra es responsable del desastre que tenemos. Según The Financial Times, registramos un excedente de 149% en el número de fallecidos comparándolo al promedio de obituarios reportados en años pasado. Hasta ayer el Ministerio de Salud sólo registra 13,187 víctimas, cuando ese acreditado periódico consigna 43,000. También según France Press tenemos el mayor número de periodistas fallecidos por Covid-19. Somos pues el hazmerreír del planeta. Perdimos todo control sobre la pandemia y asimismo falseamos las estadísticas para proteger al presidente.
Evidentemente las “encuestas” continuarán diciendo que “pese a haber caído diez puntos por la crisis” Vizcarra tiene un 60% de aprobación. Vaya partida de mentirosos.