Diálogo para retomar el crecimiento del Perú
Según el Banco Mundial, la economía peruana crecería 2.5% este 2024, mientras que, en opinión del ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, alcanzaría una expansión de 3.1% entre el 2024 y 2026; Sin duda es mejor que el 0.5% estimado para el 2023, pero no suficiente si se quiere reducir la pobreza que afecta a un gran porcentaje de la población.
En este contexto, fortalecer el diálogo y la articulación con las autoridades cobra mayor relevancia como fue el caso de la reunión que sostuvimos el miércoles último los representantes de los gremios empresariales con varios ministros de Estado con el objetivo de retomar el crecimiento del país.
El presidente del Consejo de ministros, Alberto Otárola, ratificó la voluntad del Gobierno de identificar y eliminar las barreras burocráticas, cerrar la brecha de infraestructura, promover las inversiones y mejorar los procesos regulatorios. Señaló que todos los ministerios promoverán la inversión y apoyarán a los empresarios para que generen empleo.
Como ADEX señalamos nuestra preocupación por la grave crisis de confianza, tanto en los agentes económicos nacionales como los internacionales, que se traduce no solo en la salida de capitales al exterior, sino en la menor llegada de inversiones extranjeras. ¿Se puede cambiar esta situación? Creemos que sí, pero no solo se necesita dialogar, sino también acciones concretas que confirmen un accionar alineado con las reales necesidades del país.
Los exportadores observamos con pesar que los mensajes del gobierno no están alineados con sus acciones, inclusive, muchas de ellas van en línea contraria, deteriorando aún más la confianza existente.
Perú necesita estabilidad jurídica, que se respete el estado de derecho y se cumplan las leyes, por eso invocamos al gobierno a abordar los conflictos sociales con responsabilidad, atendiendo las reales preocupaciones de la población y rechazando los intereses subalternos de grupos organizados que pretenden generar el caos en el país.
En la reunión también comentamos sobre la informalidad. Es impostergable luchar contra este flagelo en todas sus variantes pues no solo es fuente de inestabilidad económica, sino que se ha convertido en la principal fuente de inestabilidad política y social.
La inseguridad es otro elemento que traba las inversiones y es más acuciante en países con altas tasas de informalidad como el nuestro. Es evidente la falta de una estrategia para abordar ese grave problema. Hay muchos cambios en la Policía Nacional, faltan recursos operativos y se dan casos de efectivos que caen en las manos de organizaciones criminales.
El contrabando y la subvaluación, el tráfico de terrenos, el narcotráfico, la minería y la tala ilegales son la principal fuente de financiamiento de delitos y corrupción. Esto requiere un enfoque diferente centrado mayormente en labores de inteligencia y lo principal: voluntad política para la acción y el cambio.
Otro tema abordado fue el de la responsabilidad fiscal y eficiencia en el sector público. Preocupa que el año pasado se haya superado la regla de déficit fiscal y que el gobierno haya priorizado una solución a través de medidas facilistas como el aumento de impuestos en un entorno de actividad económica recesada y desconfianza generalizada.
En ese contexto se debió lograr una mayor eficiencia en el gasto de inversión en todos los niveles de gobierno y demás instituciones del Estado y paralelamente reducir los gastos corrientes manteniendo un tratamiento técnico y responsable en el endeudamiento público para no comprometer la estabilidad de las futuras generaciones de peruanos.
Por todo esto, esperamos que el diálogo con el sector público permita implementar un plan agresivo de inversiones y avanzar en la cobertura de los servicios básicos para la población. No será una tarea fácil, pero tampoco imposible.
Por Julio Pérez Alván
Presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX).
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