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De lamentarnos no pasamos

Fecha Publicación: 29/08/2019 - 21:30
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Francamente, los peruanos estamos hastiados no sólo de la polarización de la clase política que desata pasiones y odios, sino también de la impunidad que campea especialmente en el tema de violencia contra la mujer y para muestra un botón: el caso de Adolfo Bazán Gutiérrez, sindicado por más de 3 víctimas (al cierre de esta columna la prensa señala serían 5), como su agresor sexual, perfil que calzaría al de un depredador sexual en serie, el cual está literalmente “suelto en plaza”, indistintamente la reciente medida impuesta de impedimento de salida del país por escasos 15 días, ante la eventualidad que eluda la accion de la justicia viajando al exterior, como se le pudo apreciar días atrás en el Aeropuerto “Jorge Chávez” de Lima.

Y desde aquí nos preguntamos, cómo es posible que habiendo transcurrido más de un año, no se haya investigado y sancionado con severidad a malos efectivos que según registros visuales que datan del 07 de julio del 2018, se resistieron a auxiliar a Joshelin Trauco, una de las victimas de Bazán, pese a estar ya vigente desde el 23 de noviembre del 2015 la Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer”, que modificando el Código Penal sanciona con pena privativa de la libertad de hasta 2 años al funcionario público que omita, rehuse o retarde cumplir sus actos funcionales en defensa y protección de las victimas de violencia (artículo 377) y en el caso específico de los policías, la pena se agrava hasta 5 años de carcelería (artículo 378).

Es una burla que en las ultimas horas se anuncie que el Fuero Militar Policial inicia investigaciones al respecto, recién, al año de producidos los hechos, de verse en los videos cómo Joshelin Trauco desesperadamente pedía auxilio frente a su agresor, llegando al extremo de colgarse de la camioneta (patrullero) en marcha sin que ésta inicialmente se detuviera, para dejarla minutos después a su suerte, en estado de shock, altamente vulnerable, tomar un taxi desconocido que por gracia de DIOS, resultó ser un buen samaritano quien la llevó a la Comisaría de Jesús María para que la víctima pusiera la denuncia de agresión sexual, cuando ésta debieron hacerla los efectivos que se lavaron las manos para intervenir en plena flagrancia de Adolfo Bazán.

Señores del Fuero Militar Policial, no les estamos pidiendo ningún favor, únicamente la aplicación de las penas que sanciona el actual Código Penal para estos casos, estaremos vigilantes en que no se incurra en prevaricato y se pase por agua tibia el condenable accionar de malos efectivos policiales.

Ya basta de lamentarnos y quejarnos, es hora de aplicar sanciones drásticas, ¿o están esperando que la sociedad haga justicia por propia mano? No jueguen con fuego.