ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Congreso etnocacerista de liberación del Perú

Imagen
Isaac Humala
Fecha Publicación: 28/01/2020 - 21:40
Escucha esta nota

Este y no otro, deberá ser el nombre con el que la Historia del Perú registre al Congreso que acabamos de elegir.
“Etnia” y “Cáceres”= Etnocacerismo. No es una denominación de antojo: Son nombres de combate del Perú profundo que involucra el Yo biológico del peruano de ADN de Manco Cápac y Cáceres el arquetipo del militar patriota que salvó el honor nacional en el siglo XIX y sus discípulos General Juan Velasco en el siglo XX y en los 20 años corridos del siglo XXI puede serlo, debe serlo el Mayor EP Antauro Humala Tasso.
Está preso más de 15 años como si fuese delincuente común. Se alzó en armas contra Fujimori (Octubre 2000) y contra Toledo (Enero 2005). En todo caso, incurrió en delito político (Constitución artículo 45). Su penalidad es no menor de 5 ni mayor de 10 años, Código Penal artículo 347. Si termina en transacción y/o rendición, como lo fue el Andahuaylazo, la pena se reduce a la mitad.
Los jueces y magistrados del Poder Judicial y TC abusaron; por lo que Antauro y sus seguidores son sentenciados falazmente. Realmente son secuestrados del Estado: Gobiernos de Toledo, García, Ollanta, Kuczynski y Vizcarra.
Con la victoria electoral, la nación ha decidido su liberación. El Presidente Vizcarra debe indultarlo apenas finalicen las actas electorales. De no hacerlo, es primera obligación del Congreso darle amnistía.
Ley de amnistía que debe comprender a los centenares de comuneros, dirigentes sociales presos y judicializados, principalmente de los centros mineros, de hidrocarburos y del oleoducto norperuano.
Si el Congreso no lo hace, la bancada etnocacerista y la otra bancada del Perú profundo Frepap, que agrupa al Perú profundo civil, organizarán la concentración pro amnistía en Andahuaylas y desde allí marcharán a Lima pacíficamente y lograrán que el Congreso dicte la amnistía; pues tienen en común el mismo rango de patriotismo cabal.
La corrupción y la traición vienen desde los primeros años de la República que va a cumplir 200 años; los primeros dos presidentes, Torre Tagle y Riva Agüero, incurrieron en corrupción y traición a la Patria, a quienes un tribunal condenó a la pena de muerte.
Arreglar lo que data de decenios, lleva su tiempo si se decide arreglar los problemas concertando y no por la vía sangrienta. Pero la libertad de los presos por levantamientos por causas justas no puede demorar; pues, teniendo prisioneros a sus propios ciudadanos, el Estado carece de coherencia moral.