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Con Vizcarra, todo seguirá igual

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Fecha Publicación: 28/07/2020 - 22:00
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“Los peruanos tienen claro que soy de los pocos presidentes que ha informado todos los pormenores de mi gestión”. Tras semejante mentira –pronunciada en el Mensaje Patrio- quedará retratado para siempre el embustero Vizcarra.

Con este mandatario al frente del gobierno, las cosas en el Perú sólo empeorarán. Su jactancia sobre la desastrosa forma como ha gestionado el país durante dos años y cuatro meses –golpe de Estado incluido, basándose en la mentira como eje de su actuación y la guillotina al oponente como única respuesta a su carencia absoluta de recursos para gobernar- nada cambiará. Esa tara es genética. Por tanto, la agenda ciudadana deberá concentrarse en prestar toda su atención posible a los comicios del año entrante. Estudiar en forma inteligente a cada postulante escudriñando su pasado, siguiéndole sus huellas, buscándoles antecedentes en los archivos periodísticos que conservan todas las redes sociales, comentando entre los amigos para cambiar ideas y sacar conclusiones. Y por encima de todo, nunca dar crédito a lo que diga. Siempre contrastarlo con el rastro que haya dejado a lo largo de su recorrido personal, familiar, profesional y/o político. Esta vez no puede fallarse.

No debemos cometer el error de votar por quienes nos indiquen esos medios de prensa corporativos que pertenecen a grupos económicos entrometidos en el periodismo, precisamente para manipular a la opinión pública a favor de su interés. Tampoco hagámosle caso al pervertido juego de la encuestitis. Porque las encuestadoras que operan acá responden a esos medios de comunicación corruptos, que endosan su línea informativa y editorial al gobernante de turno para mantener el statu quo, induciendo al país a votar por uno de los candidatos que figuren en los primeros lugares de lo que denominan “preferencias del público”, bajo el argumento que no debe desperdigarse el voto sino concentrarlo entre “los que van adelante en los sondeos”. Tampoco es ilustrativo para orientar su preferencia dar crédito a los discursos de los politicastros –dentro y fuera del poder- que, como ocurre con Vizcarra, lanzan engañifas para desinformar al pueblo que tradicional, bondadosa, cándidamente se ha dejado llevar por las mentiras de los politiqueros.

En otras palabras, en esta oportunidad la sociedad peruana tiene que actuar con excesiva escrupulosidad al tiempo de seleccionar a las personas –presidente de la República y congresistas- a quienes, a fin de cuentas, vaya a dárseles el voto para que, durante cinco largos años, dispongan a sola firma de su vida y de su patrimonio, amigo lector, promulgando leyes y decretos sin control de su parte. Esta atávica ingenuidad del peruano –votar por lo que ve o por lo que escucha; en vez de hacerlo con la mente puesta en analizar lo que ha dicho y lo que realizado el candidato a lo largo de su vida personal y trayectoria pública, contrastándolo con aquello que ofrezca hacer como gobernante- no debemos repetirla si queremos ser una nación decente y coherente. Dentro de nueve meses elegiremos nuevo presidente y nuevos parlamentarios. Pongamos esta vez todo nuestro empeño al momento de escogerlos.