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¿Cómo es posible, amable lector?.

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Fecha Publicación: 14/06/2020 - 22:00
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Precisa The New York Times que con unas “robustas arcas públicas ”Vizcarra“parecía estar bien preparado para enfrentar la pandemia”.

Pero “en vez de ser aplaudido como modelo, Perú se ha convertido en uno de los epicentros más críticos del coronavirus en el orbe (…) ‘Nos pidieron quedarnos en casa, pero muchíaimas personas no tienen ahorros. Nos pidieron lavarnos las manos, pero uno de cada tres hogares pobres tiene agua potable’”.

Según un especialista, “la mitad de los hogares tiene refrigeradoras, lo que obliga a muchas familias a acudir a diario a unos mercados abarrotados de gente, importante fuente de contagio”. Oficialmente, Perú tiene sobre 6,500 muertes y 200 mil infectados del coronavirus. Pero, el Times señala que esta cifra “sería dos a tres veces mayor”. A todo esto nuestra economía lleva tres meses clausurada y decrecerá mucho más que la de sus vecinos.

La depresión económica en marcha es colosal. Este es, en resúmen, el infame manejo de la crisis por Vizcarra.
Indigna que por tres mandatarios incapaces y traidores a sus votantes –además, dos de ellos imputados por ladrones y un tercero en la cuerda floja hasta que deje palacio de gobierno– el Perú haya retrocedido a los tiempos de la pobreza, de la exacerbación social, del decaimiento nacional y la pérdida de iniciativa de nuestros emprendedores.

Es decir, vamos retrocediendo a los años sesenta, setenta y ochenta del siglo pasado, cuando este país quebrara financieramente y el terrorismo asolara regiones, ciudades y calles con una secuela de decenas de miles de muertes y destrucción masiva de su infraestructura. ¡Estamos, pues, repitiendo la historia! Algo que jamás imaginábamos quienes ya habíamos vivido el caos del socialismo militarizado impuesto por Velasco; la mano blanda de Belaunde que prefirió dejar hacer, dejar pasar para no exacerbar a los uniformados alejándose del poder tras doce años de destrucción socioeconómica; y la vesania del primer gobierno aprista. Yerros históricos, gravísimos, que esta nación pretendió subsanar apelando a la autocracia del fujimontesinismo.

Aunque a un costo social inaceptable que aún seguimos pagando con sangre, sudor y lágrimas, debido al despecho de una izquierda que nunca perdonará que la derecha derrotase a su brazo armado: sendero/mrta.

Se iniciaría entonces una guerra política contra el Perú, dirigida esta vez a capturar el poder sustituyendo a tres mandatarios –Humala PPK y Vizcarra– al amparo del chantaje fáctico impuesto por el totalitarismo progre-marxista disfrazado de demócrata.

Habiendo votado masivamente a favor de opciones de centro derecha en 2011 y 2016, Perú está gobernado por una lacra izquierdista en extremo vengativa, que viene destruyendo todo el esfuerzo por capitalizar la nación que se consolidara entre los años 90 y 2011.

Hoy, tras el fantoche Vizcarra, los rojos se aprestan a dar su golpe final –aprovechando la tragedia de una pandemia– para pulverizar la economía y crear el descontento social, caldo de cultivo para ejecutar esa lucha de clases que reafirma toda revolución comunista. No es lucubración de este escriba, amable lector. Es el catecismo marxista. ¡Mirémonos en el espejo de Venezuela!