Caviares preparan violenta asonada

Los caviares son una secta vertical, donde sus alfiles cumplen órdenes sin dudas ni murmuraciones. Constituyen una organización cerrada, violenta, totalitaria donde una cúpula tiene todo el poder, y el resto de la organización acata sumisa sus disposiciones, incluyendo violencia a discreción y muerte, según exija el momento. con tal de defender sus intereses.

Líderes como Gustavo Gorriti Ellenbogen –de sangre peruano/rusa– llegan a extremos de usar la vida de sus fanáticos –en especial, los jóvenes aspirantes a caviares– quienes acatan órdenes sin dudas ni murmuraciones, esperanzados en algún día gozar de los mismos privilegios que sus pares de arriba.

¡Vana ilusión! Pues las cúpulas caviares son lo peor que ha parido la naturaleza. Sordas, ciegas e insensibles a las necesidades de quienes se inmolan por ellas siguiendo sus ucases. La muerte de Inti y Bryan es un ejemplo de los extremos a los que llegan los caviares, a cambio de defender su posición política; o avanzar, incluso, tomando más espacios de poder.

Como el caso de esos dos jóvenes exacerbados anímicamente por los caviares contra la figura del entonces presidente de la República, Manuel Merino de Lama, al que caricaturizan como el eje del mal contra la democracia, elevando la indignación juvenil a estratos de esquizofrenia.

Aquello desembocará en un enfrentamiento violento contra las fuerzas policiales, llamadas a reponer el orden. Aunque, el exalcalde limeño Jorge Muñoz, caviar por conveniencia, extrañamente consiguió que las cámaras de video sembradas justo donde se produjeron estos hechos estuviesen “malogradas”.

Impidiendo que, ya pasados varios años, el Perú conozca lo que verdaderamente pasó. Porque sin lugar a duda la Policía no mató a ese par de jovencitos. Fueron las hordas incendiarias, pertrechadas de piedras y pistolas cargadas con balas por la cúpula caviar. Esa que hoy brega por volver a incendiar la pradera, esta vez para defender a su dios Gorriti, falso valor capaz de cualquier cosa con tal de permanecer como una gran autoridad del país, siendo en realidad una figura ruin que le ha causado –y sigue causándole– un inmenso perjuicio a la sociedad peruana.

Hoy, desesperados los caviares buscan defender a la Junta Nacional de Justicia, desafiando a la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, que, por mayoría, aprobó el informe final que propone destituir e inhabilitar por 10 años de toda función pública a sus miembros, por haber transgredido la Constitución.

Alertamos al país que los caviares preparan días de terror y muerte, en su vesania por apropiarse de la Fiscalía, demandando apoyo a su jefe, luz y guía, el impresentable Gustavo Gorriti.

Alertamos, entonces, a la ciudadanía que estaríamos ad portas de una nueva incursión violenta orquestada por la camorra caviar; hoy exasperada por perder un poder que no le corresponde. ¡Como es seguir manipulando la Justicia a nombre del Estado!

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