Agua: el oro líquido en crisis (I)

El cambio climático inquieta a la humanidad: aumenta las temperaturas, los glaciares se deshielan, los embalses pierden volumen hídrico, las aguas subterráneas disminuyen y el recurso más importante del planeta, el agua, fundamental para la vida, es cada vez más escaso.

Hace 33 años, desde el honroso cargo de Decano Nacional del Colegio de Ingenieros del Perú (1990-1992), constantemente me referí al peligro del crecimiento del agujero de la capa de ozono como el peligro que significa el calentamiento de nuestro planeta. Hoy comprobamos el inmenso daño que generan las altas temperaturas y la crisis hídrica es un hecho duro de tolerar.

En el Perú, las lluvias torrenciales en el norte y las sequías en el sur obedecen al cambio climático. Nos golpea directamente la corriente de El Niño con pérdidas importantes en la agroexportación y otros bienes y servicios. También destruye los ecosistemas de agua dulce, alterando sus flujos fluviales. De allí la importancia de examinar la gestión de nuestro oro líquido que ya está en crisis: el agua.

En la mayoría de nuestras ciudades existe un importante déficit de agua potable. La razón es que su manejo está mayoritariamente a cargo de empresas municipales, cuyas autoridades delegan la gestión del líquido vital en personas carentes de profesionalismo y expertise. Así, sin estudios técnicos especializados ni análisis previos de la infraestructura instalada, convocan licitaciones de infraestructura sanitaria e irresponsablemente otorgan las obras al postor con el menor precio. Este hecho genera centenares de obras paralizadas o abandonadas. Si sumamos el apetito en algunos alcaldes de ejecutarlas por administración directa, aparece allí los actos de corrupción. Naturalmente, hay excepciones que honran la gestión edil.

Sedapal, la empresa de agua más importante del país, y otras entidades públicas desde décadas atrás no cumplen con asegurar el suficiente caudal de agua para Lima. Los grandes proyectos hídricos como el Transvase del Mantaro; Marca I, II, III; represas de agua, entre otros, siguen en evaluación y no se cierran pese a los millones de dólares invertidos. Además, es significativa su realidad económica: pierde entre el 25% al 30% de su producción, es decir que casi un tercio de agua potable que genera, es aprovechada por terceros sin costo alguno.

En provincias, la situación es peor. Alrededor del 50% de agua consumida no es pagada. Así se desfinancia el sistema, se registran pérdidas anuales y las municipalidades recurren al Gobierno central para resarcir los daños contables. No existe negocio privado que regale la mitad de lo que produce; y, sin embargo, esto sucede en las empresas públicas de agua.

En esa línea de anomalías, al precisar el valor de metro cúbico de agua facturada a la industria y el comercio suma 5.21 soles por metro cúbico, mientras que las instalaciones domésticas pagan 2.36 soles. En otras palabras, tales sectores económicos subsidian las instalaciones familiares.

Seguiremos analizando la problemática del agua y sus soluciones. Tomemos nota que el agua y el clima son dos variables inseparables.

* Ex Senador de la República.

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