Venezuela admite muerte de opositor Alfredo Díaz en medio de cuestionamientos internacionales

El régimen de Venezuela admitió este domingo el fallecimiento del dirigente opositor Alfredo Díaz, quien permanecía detenido desde hace un año, y sostuvo que la causa fue un infarto agudo mientras recibía atención médica.

La confirmación se produjo en medio de fuertes cuestionamientos internacionales y de la presencia militar estadounidense en el Caribe, un escenario que reactivó la tensión política en torno al sistema penitenciario venezolano.

El Ministerio para el Servicio Penitenciario difundió un comunicado en el que afirmó que Díaz, de 56 años, presentó síntomas compatibles con un cuadro cardiaco durante la mañana del sábado.

Indicó que agentes penitenciarios trasladaron al opositor al Hospital Clínico Universitario, donde ingresó para ser estabilizado y “lamentablemente falleció minutos después”. La cartera insistió en que el detenido “estaba siendo procesado, con plena garantía de sus derechos”.

Oposición y ONG cuestionan trato penitenciario

La muerte de Alfredo Díaz reavivó las críticas de organizaciones de derechos humanos y líderes opositores, que denunciaron un contexto de condiciones severas en los centros de detención.

La dirigente María Corina Machado, aún en la clandestinidad, sostuvo que el fallecimiento “se suma a una alarmante y dolorosa cadena de fallecimientos de presos políticos detenidos en el contexto de la represión poselectoral del 28 de julio”.

Afirmó además que las circunstancias descritas por familiares y defensores “revelan un patrón sostenido de represión estatal”.

Díaz ocupó la gobernación de Nueva Esparta entre 2017 y 2021 y se convirtió en el sexto opositor que murió bajo custodia desde finales de 2024.

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Su caso se mantuvo en observación por parte de organizaciones como Foro Penal, cuyos abogados señalaron irregularidades en el proceso.

“Díaz había sido acusado, pero su juicio estaba paralizado”, explicó el abogado Gonzalo Himiob, quien añadió que la defensa pública fue impuesta pese a la designación de representantes legales por parte de la hija del exgobernador.

Alfredo Romero, director de esa misma ONG, indicó que el dirigente “llevaba un año preso y aislado” y que solo permitieron una visita familiar.

Recordó que desde 2014 la cifra de opositores que murieron bajo custodia asciende a 17 y sostuvo que “la represión básicamente se ha convertido en un mecanismo o una estrategia del régimen para intimidar”.

Estados Unidos eleva críticas

La reacción internacional se intensificó luego del anuncio oficial. El Departamento de Estado de EE.UU. describió el fallecimiento como un recordatorio de “la vil naturaleza del régimen criminal de Maduro” y vinculó el hecho con lo que calificó como detenciones arbitrarias.

Washington reiteró su posición mientras una flotilla naval, que incluye el portaviones más grande del mundo, desarrollaba operaciones antinarcóticos en aguas del Caribe, una presencia que Caracas considera parte de intentos para derrocar a Nicolás Maduro.

En su último recuento, Foro Penal señaló que en Venezuela permanecen al menos 887 personas consideradas presos políticos.

La muerte de Alfredo Díaz volvió a tensar la discusión sobre la salud de los detenidos y las condiciones en las que permanecen, un tema que mantiene bajo escrutinio al sistema carcelario y a las autoridades venezolanas en plena crisis poselectoral.

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