Sanae Takaichi se perfila como primera ministra de Japón y se declara admiradora de Margaret Thatcher
Dirigente conservadora promete reconstruir el partido y reforzar la defensa nacional.
La conservadora Sanae Takaichi tomó las riendas del Partido Liberal Democrático (PLD) tras imponerse en una reñida votación interna que la perfila como la próxima primera ministra de Japón.
Con su victoria, la política de 64 años abre un nuevo capítulo en la historia política nipona y marca un giro hacia el nacionalismo dentro del oficialismo japonés.
Takaichi venció en la segunda vuelta de las primarias internas al carismático Shinjiro Koizumi, representante del ala moderada del PLD.
Japón inicia una nueva etapa política
Su triunfo, respaldado por las facciones más conservadoras, la coloca con una mayoría parlamentaria suficiente para asegurar su investidura, prevista —según fuentes legislativas— para mediados de octubre.
La renuncia del primer ministro Shigeru Ishiba, el mes pasado, precipitó este relevo que podría redefinir el rumbo político del país asiático.
Mezcla de pragmatismo y nacionalismo
“Junto con muchos de ustedes, forjamos una nueva era para el PLD”, declaró Takaichi ante una multitud de militantes en la sede del partido en Tokio.
Con tono desafiante, agregó que su prioridad será “reconstruir la confianza del pueblo japonés y fortalecer la defensa nacional”.
Exministra de Seguridad Económica y admiradora declarada de Margaret Thatcher, Takaichi combina pragmatismo económico con una firme línea nacionalista.
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Promueve un aumento del gasto público y mantiene tasas de interés bajas, siguiendo la escuela económica del fallecido ex primer ministro Shinzo Abe, su mentor político.
A la vez, reclama un fortalecimiento de las capacidades militares frente al creciente poderío de China en el Pacífico.
Analistas ven avance simbólico femenino
Su perfil ideológico ocasiona tanto entusiasmo como recelo. Analistas destacan que su ascenso puede representar “un avance simbólico para la participación de las mujeres en la política japonesa”, aunque advierten que su visión de género continúa anclada en las tradiciones más conservadoras del PLD.
Takaichi se opone, por ejemplo, a la reforma de la ley que obliga a los matrimonios a compartir el mismo apellido, una norma del siglo XIX que afecta mayormente a las mujeres.
Promete gabinete con más mujeres
Durante su campaña, prometió conformar un gabinete con representación femenina “comparable a la de los países nórdicos”, una meta ambiciosa en una nación donde la igualdad política sigue rezagada: Japón ocupa el puesto 118 de 146 países en el informe 2025 del Foro Económico Mundial.
El contexto político que la favoreció se gestó tras la caída de Ishiba, quien enfrentó severas derrotas electorales y la pérdida de la mayoría parlamentaria.
Takaichi asume el reto con determinación
Sin apoyo interno, dimitió antes de cumplir un año en el cargo, allanando el camino para la candidatura de Takaichi, que hoy simboliza tanto continuidad como desafío dentro del partido que gobierna Japón casi sin interrupción desde 1955.
“Siento que empieza un verdadero desafío. Hay una montaña de trabajo que debemos gestionar juntos”, afirmó entre aplausos la política que alguna vez tocó la batería en una banda de heavy metal.
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