México y sus inéditos comicios judiciales con apenas 13% de participación, que Sheinbaum celebra como “éxito”
Solo 13 millones de habitantes salieron a sufragar de un total de 100 millones habilitados.
México vivió este domingo un proceso sin precedentes al convocar a su población a elegir por voto directo a más de 2,600 jueces, entre ellos magistrados de la Corte Suprema.
Sin embargo, la jornada electoral, promovida por la reforma impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por la actual mandataria Claudia Sheinbaum, apenas movilizó al electorado.
El Instituto Nacional Electoral (INE) estimó una participación ciudadana entre el 12,57 % y el 13,32 %, en un contexto marcado por el desinterés, la confusión y el rechazo de sectores opositores.
La presidenta Sheinbaum interpretó los comicios como un logro democrático. “Cerca de 13 millones de mexicanos y mexicanas salieron a ejercer por primera vez en la historia quiénes deben ser los ministros magistrados y jueces”, afirmó en un mensaje posterior al cierre de casillas.
También declaró: “México es el país más democrático del mundo. A todas las mexicanas y los mexicanos les digo: tengamos confianza. Vivimos un momento extraordinario”.
Aunque el voto no es obligatorio en el país, y no se exige un mínimo de participación para validar los resultados, las cifras reveladas por el INE mostraron casillas vacías y escasa movilización ciudadana.
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“Los resultados obtenidos por los especialistas, a partir de una muestra aleatoria de casillas observadas ante notarios públicos, arrojaron una participación estimada del 12,57 % al 13,32 %”, explicó Guadalupe Taddei, consejera presidenta del organismo electoral.
La baja asistencia se atribuyó a varios factores. Entre ellos, destacan el número abrumador de candidatos —más de 3,400 aspirantes para 2,600 cargos—, la falta de información sobre el proceso y las polémicas que envolvieron a ciertas postulaciones.
Casos como el de Silvia Delgado, exabogada del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, y aspirantes con presuntos vínculos con la iglesia La Luz del Mundo, generaron dudas sobre la idoneidad de los participantes.
La inédita jornada también despertó críticas por el riesgo que, según algunos sectores, representa permitir la influencia del crimen organizado en la designación de jueces.
La oposición promovió el abstencionismo como forma de protesta, mientras expertos advirtieron que la elección directa podría debilitar los contrapesos institucionales y minar la independencia del Poder Judicial.
Aunque el conteo oficial de votos culminará el próximo 15 de junio, el INE adelantó las cifras de participación basándose en un modelo estadístico de muestreo. Recién entonces se conocerán los nombres de los magistrados electos, lo que podría abrir una nueva etapa de debate político y legal sobre la legitimidad y eficacia de este modelo de elección judicial.
Por ahora, mientras los funcionarios continúan verificando los votos, la administración de Sheinbaum defiende su apuesta por “democratizar la justicia”. Sus detractores, en cambio, alertan sobre un posible retroceso institucional disfrazado de apertura ciudadana.
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