La protesta desborda al gobierno chileno
Jefe militar a cargo de custodiar la capital refuta al presidente Piñera y afirma tajantemente que no está en guerra con nadie.
Miles de manifestantes salían el lunes nuevamente a las calles en Chile, que trataba de sobreponerse a las violentas protestas del fin de semana que dejaron 11 muertos y que el presidente Sebastián Piñera atribuyó a “un enemigo poderoso”.
Ante el estallido de violencia, Naciones Unidas llamó al diálogo y a investigar de forma independiente las muertes y las denuncias de abusos policiales.
Pese a los esfuerzos del gobierno para responder a las amplias demandas planteadas en las manifestaciones, había algunos saqueos y barricadas el lunes pese a que continuaba el estado de emergencia con los militares al mando y vehículos blindados recorriendo las calles de varias ciudades del país.
Los habitantes de la capital intentaban retomar la rutina el lunes, en medio de una tensión latente con los servicios de transportes y comercio restringidos, con calles en que se veían los vestigios de las barricadas y ante la vigilancia de unos 8,000 soldados.
Las personas hacían largas filas en gasolineras y supermercados, pero algunos mercados municipales operaban con mayor normalidad que el fin de semana.
Hacia el mediodía, en algunos puntos de la capital, se congregaban crecientes grupos de personas para protestar.
Las manifestaciones se repetían en ciudades como Valparaíso y La Serena, donde también se extendió el control militar.
ENMIENDA LA PLANA
“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite, incluso cuando significa pérdida de vidas humanas”, dijo tarde el domingo Piñera en referencia a los actos vandálicos.
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