Hezbolá confirma la muerte de su cabecilla Hassan Nasrallah tras ataque aéreo israelí
En comunicado difundido se reconoce que jefe dirigió el grupo durante casi tres décadas.
El movimiento islamista Hezbolá confirmó este sábado la muerte de su cabecilla, Hassan Nasrallah, tras un ataque aéreo israelí en los suburbios del sur de Beirut, bastión del grupo chiita. La confirmación llegó horas después de que el ejército israelí anunciara que había matado al jefe del grupo proiraní.
"Hassan Nasrallah está muerto", declaró el portavoz militar israelí Nadav Shoshani a través de la red social X (antes Twitter), marcando un golpe significativo en el conflicto que enfrenta a ambas partes. En un comunicado difundido por Hezbolá, se reconoce la muerte del cabecilla, quien dirigió el grupo durante casi tres décadas.
“Sayed Hassan Nasrallah se reunió con sus compañeros mártires (...) cuya marcha encabezó durante casi treinta años”, anunció la organización, agregando que la operación militar israelí también acabó con otros del grupo.
La muerte de Nasrallah representa una de las mayores pérdidas para Hezbolá desde su creación en 1982. El ataque ocurrió el viernes por la noche en los densamente poblados suburbios del sur de la capital libanesa, donde se encuentra el cuartel general de Hezbolá.
Los servicios de rescate aún revisan los escombros, mientras continúan las labores de búsqueda. Según el Ministerio de Salud libanés, el bombardeo israelí destruyó decenas de edificios y dejó al menos seis personas muertas. Cientos de civiles fueron desplazados de la zona.
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Israel lanzó su campaña de bombardeos masivos contra Hezbolá el lunes pasado, en respuesta a los ataques transfronterizos del grupo chiita, que se intensificaron tras el inicio de la guerra entre Israel y Hamás.
“El mensaje es simple: sabremos alcanzar a cualquiera que amenace a los ciudadanos de Israel”, declaró el jefe del Estado Mayor israelí, general Herzi Halevi, tras la confirmación de la muerte de Nasrallah.
Por su parte, Hamás, aliado de Hezbolá, condenó el ataque y calificó la muerte de Nasrallah como un "acto terrorista cobarde". Nasrallah, de 64 años, era una figura venerada en el Líbano y uno de los principales adversarios de Israel en la región.
Desde 1994, lideró Hezbolá y vivió gran parte de su vida en la clandestinidad, limitando sus apariciones públicas debido a las constantes amenazas de asesinato. El bombardeo que mató a Nasrallah se enmarca en una ofensiva mayor que Israel denominó "Nuevo orden".
Según el ejército israelí, además de Nasrallah, otros altos mandos de Hezbolá, incluido Ali Karake, comandante del frente sur del grupo, también murieron en los ataques.
Las operaciones militares de Israel tienen como objetivo 140 posiciones estratégicas de Hezbolá en el sur y este de Líbano desde el inicio de la campaña.
Saldo pavoroso de 700 muertos
El conflicto entre Israel y Hezbolá dejó más de 700 muertos en el Líbano en la última semana, la mayoría de ellos civiles, según fuentes oficiales del Ministerio de Salud libanés.
A pesar de los bombardeos, el movimiento chiita prometió continuar con sus ataques contra Israel, lanzando cohetes contra varias posiciones militares en el norte de Israel.
El gobierno israelí advirtió que no cesará sus operaciones hasta garantizar la seguridad de su población y permitir el regreso de las millas de israelíes que fueron desplazados de las zonas cercanas a la frontera con el Líbano.
Entretanto, las autoridades europeas recomendaron a las aerolíneas evitar el espacio aéreo de Líbano e Israel debido a la creciente escalada del conflicto, una sugerencia que se mantendrá vigente al menos hasta el 31 de octubre.
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