Gustavo Petro argumenta falsamente que Perú acaba de apropiarse de una isla dentro de su nación, pero Yavarí tiene más de 80 años de creación
Aviva sospecha de una maniobra política en medio de su crisis de popularidad.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, emprendió una controversia diplomática al acusar que Perú creó recientemente un distrito en la Amazonía, llamado Santa Rosa de Loreto, lo que, según él, constituye una violación del territorio colombiano. Sin embargo, esta afirmación es inexacta, ya que la isla en cuestión perteneció hasta hace unas semanas a Yavarí, un distrito formalmente a lo largo de 80 años de existencia.
Petro alegó que la Isla Santa Rosa, donde se encuentra el distrito, fue ocupada por Perú de manera irregular. Su argumento se basa en una supuesta variación del cauce del río Amazonas, lo que modificaría la línea fronteriza definida por el Protocolo de Río de Janeiro. Su principal premisa es errónea, ya que por más de 80 años Santa Rosa integró otro distrito, solo que ahora tendrá su propio municipio.
El presidente colombiano afirmó de manera explícita que "han aparecido islas que están al norte de la actual línea más profunda, y el gobierno del Perú acaba de apropiárselas por ley y poner la capital de un municipio en un terreno que, por el tratado, debe pertenecer a Colombia". Este extracto de su mensaje refuerza la narrativa de una acción reciente por parte de Perú.
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El distrito de Yavarí, con su capital en la localidad de Islandia, fue creado el 2 de julio de 1943 mediante la Ley N.° 9815, durante el primer gobierno de Manuel Prado Ugarteche. Esta información contradice directamente la narrativa de Petro y debilita la base de su denuncia.
El excanciller peruano Javier González-Olaechea, en declaraciones a Radioprogramas, calificó el pronunciamiento de Petro como "provocador", subrayando que la frontera entre ambos países está claramente establecida. Los límites territoriales fueron definidos por el Tratado Salomón-Lozano de 1922 y el Protocolo de Río de Janeiro de 1934, que complementa y reafirma aquel tratado.
La denuncia del presidente colombiano se produce en un momento de gran inestabilidad política en su país, lo que llevó a analistas, como el propio González-Olaechea, a considerar sus declaraciones como una posible maniobra populista. La falta de veracidad en su principal argumento sobre el distrito de Yavarí avivó esta sospecha, sugiriendo un intento de desviar la atención de los problemas internos.
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