EE.UU. recompensará a países cooperantes con su política migratoria y tomará medidas contra quienes se nieguen, adelanta Marco Rubio
Con nuevos enfoques diplomáticos, EE.UU. busca fortalecer la economía y seguridad de la región latinoamericana.
El secretario de Estado de los EE.UU., Marco Rubio, aseguró que la misión de su país es clara: asegurar las fronteras y revertir lo que calificó como una “desastrosa invasión” de migrantes.
Según Rubio, la administración del presidente Donald Trump tiene un enfoque directo para solucionar esta crisis. En particular, los esfuerzos de la diplomacia se enfocan en trabajar estrechamente con los países de origen para frenar nuevos flujos migratorios y asegurar que los ciudadanos ilegales sean repatriados.
"Tenemos que trabajar con los países de origen para detener y disuadir nuevos flujos migratorios, y que acepten el retorno de sus ciudadanos presentes ilegalmente en Estados Unidos", señaló el secretario de Estado.
Este llamado a la cooperación internacional es clave, ya que algunos países están respondiendo con entusiasmo al llamado de EE.UU., mientras que otros no comparten la misma disposición.
Rubio advierte que los primeros serán recompensados por su cooperación, mientras que los segundos verán cómo EE.UU. utiliza su influencia económica y política en su propio beneficio, tal como ya lo demostró con el presidente de Colombia, Gustavo Petro.
El secretario resaltó que la diplomacia estadounidense dejó de lado el Hemisferio Occidental durante demasiado tiempo. "Los diplomáticos de Estados Unidos han descuidado al Hemisferio Occidental durante demasiado tiempo", afirmó Rubio.
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En su primer viaje al extranjero como secretario de Estado, se dirigió a América Central, una región a la que EE.UU. pretende darle más atención para solucionar no solo la crisis migratoria, sino también fortalecer los lazos comerciales y la seguridad regional.
El comercio, la migración y la seguridad se convirtieron en áreas de colaboración cruciales entre EE.UU. y sus aliados cercanos en América Latina, como El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Panamá y la República Dominicana.
Estas naciones, que históricamente fueron pasadas por alto, pueden beneficiarse enormemente de una relación más estrecha con Estados Unidos. Esto no solo redundará en mayores empleos y crecimiento económico, sino que también contribuirá a frenar los incentivos para la emigración hacia el norte.
Por último, el secretario expresó su preocupación por el impacto que los regímenes ilegítimos de Cuba, Nicaragua y Venezuela están teniendo en la región, agravando el caos, y la creciente influencia de China que, a través de su poder económico, está buscando crear una alternativa a la hegemonía de EE.UU.
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