Donald Trump muestra cautela con Irán
Maniobra sorpresiva de Macron de invitar al canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, a la cumbre del G7 parecería dar sus primeros frutos, dicen analistas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pareció dejar la puerta abierta a la diplomacia con Irán el lunes después de que el presidente francés Emmanuel Macron invitara a la cumbre del G7 al ministro de Relaciones Exteriores iraní en un esfuerzo por reducir las tensiones entre Estados Unidos e Irán.
Los líderes europeos han tratado de amortiguar la creciente confrontación entre Irán y Estados Unidos desde que Trump retiró a Washington del acuerdo nuclear que firmaron en 2015 las potencias mundiales con Teherán y reimpuso sanciones a la economía iraní.
Sin embargo, Macron ha pasado el verano intentando crear las condiciones para una tregua que permita a ambas partes volver a la mesa de negociaciones. Estos esfuerzos dieron un giro inesperado el domingo cuando el ministro de Relaciones Exteriores iraní Mohammad Javad Zarif, que está sometido a las sanciones de Estados Unidos, voló a la ciudad costera francesa de Biarritz, donde se reunían los líderes del Grupo de los Siete. Zarif mantuvo conversaciones con Macron y con dirigentes británicos y alemanes antes de regresar a casa.
Aunque se trata de un terreno peligroso en términos diplomáticos, la apuesta de Macron con Zarif parece haber funcionado por ahora, ya que Trump respaldó el lunes la iniciativa del presidente francés y suavizó su habitual retórica dura contra Teherán. No obstante, Trump reafirmó que el objetivo de Washington de extraer concesiones de seguridad de mayor alcance de Irán.
CONTROVERTIDO PROGRAMA
El acuerdo de 2015 entre Irán y seis potencias mundiales, alcanzado cuando el predecesor de Trump, Barack Obama, estaba en el poder, tenía por objeto frenar el controvertido programa de enriquecimiento de uranio de Irán a cambio del levantamiento de numerosas sanciones internacionales impuestas a Teherán. Desde que abandonó el acuerdo el año pasado, Trump ha seguido una política de “máxima presión”.
BIARRITZ (FRANCIA)
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