Astronauta estadounidense retorna a la Tierra en su cumpleaños 70, tras siete meses en en el espacio
Nave Soyuz MS-26 tocó tierra firme con una misión cumplida y un cumpleaños inolvidable.
A sus 70 años y con 590 días acumulados en el espacio, el astronauta Don Pettit no solo firmó un récord personal, sino también un retorno cargado de simbolismo.
La cápsula Soyuz MS-26 tocó suelo kazajo el 20 de abril —fecha coincidente con su cumpleaños— y marcó así el cierre de una de las trayectorias más longevas y consistentes de la NASA en misiones de larga duración.
El descenso se produjo a la 01:20 GMT del domingo, en un área remota de la estepa, a menos de 150 kilómetros de la ciudad de Zhezkazgán.
A bordo de la nave viajaban también los cosmonautas rusos Alexéi Ovchinin e Iván Vagner, quienes formaron parte de la Expedición 71 junto al estadounidense. El aterrizaje fue monitoreado en tiempo real por el Centro de Control de Vuelos de Rusia y finalizó sin complicaciones.
Apenas descendieron, equipos de rescate se aproximaron al módulo. Con el característico protocolo post-misión, los rescatistas ayudaron a los tripulantes a salir uno por uno.
El astronauta Pettit fue recibido entre sonrisas, frazadas térmicas y una temperatura gélida. Minutos después, fue conducido a una tienda médica para una evaluación rutinaria, mientras los técnicos de Roscosmos y la NASA verificaban el estado general de la cápsula.
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Pettit, quien debutó como astronauta en 2002, se mostró sereno y sonriente al pisar nuevamente la Tierra. Con esta última expedición, sumó 222 días continuos en órbita.
Durante su estadía, participó en experimentos sobre física de fluidos, observación terrestre y tecnología aplicada al hábitat espacial. Su experiencia y rigor científico lo convirtieron en un referente silencioso, admirado por generaciones más jóvenes en la agencia espacial.
“Cada misión es distinta. Pero regresar en esta fecha lo vuelve todo más especial”, comentó Don Pettit a sus compañeros, según fuentes de la NASA. Aunque no brindó declaraciones públicas extensas, se lo vio animado, consciente del valor simbólico de su regreso.
El comandante ruso Alexéi Ovchinin, con 595 días acumulados en el espacio, entregó días antes el mando de la estación al japonés Takuya Onishi en una ceremonia tradicional.
Ese gesto selló el fin de la Expedición 71 y el inicio de la nueva etapa liderada por la Expedición 72, que continuará con tareas científicas clave en el laboratorio orbital.
Astronauta norteamericano es testimonio de perseverancia
Mientras tanto, la tripulación entrante —compuesta por Serguéi Rízhikov, Alexéi Zubritski y el estadounidense Jonathan Kim— ya opera a bordo de la estación.
A ellos se suman el ruso Kiril Peskov, y las astronautas estadounidenses Anne McClain y Nichole Ayers, junto a Onishi, todos comprometidos con el avance de la ciencia fuera de nuestro planeta.
La NASA celebró el retorno de Pettit no solo como un éxito operativo, sino como un testimonio de perseverancia. “Don representa lo mejor del espíritu científico: humildad, constancia y visión”, declaró un portavoz desde el Centro Espacial Johnson.
Su retorno, en una fecha tan personal, añadió un matiz profundamente humano a una jornada histórica para la exploración espacial.
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