Rafael Vela y José Domingo Pérez renunciarían para postular al Congreso: en vez de asumir culpas por Odebrecht, se victimizan
Se irían ante caída de cooperación con Brasil, escándalo en EE.UU. por Rutas de Lima, e inminente decisión del TC. “Un sector votaría por ellos”, afirma Marco Tulio Gutiérrez.
La inminente anulación del caso “Cócteles” en el Tribunal Constitucional sería la gota que rebalsaría el vaso de los fiscales Rafael Vela y José Pérez.
Ambos ya tienen listas sus renuncias, con las cuales evadirían sus culpas en acciones que ayudaron a que Odebrecht y sus cómplices terminen beneficiados económicamente.
“Hay un riesgo que se nos quiera afectar varios derechos nuestros, lo que nos lleva a una interrogante de determinar con seriedad si vale la pena continuar nuestras labores en el Ministerio Público”, sostuvo Pérez hace unos días ante la prensa.
Factor Gálvez
En tándem Vela acudió a la ONG Instituto de Defensa Legal para quejarse de que el nuevo fiscal de la nación, Tomás Gálvez, siempre los ha cuestionado, e incluso denunciado penalmente.
“Es un escenario muy complicado dentro de la llegada del doctor Tomás Gálvez, porque por lo menos lo que podemos ver son todos signos negativos de irrespeto por la autonomía”, dijo el funcionario.
Lo cierto es que ya son inocultables los supuestos errores del Equipo Lava Jato respecto a Odebrecht y sus cómplices. No solo Brasil ha suspendido la cooperación judicial indefinidamente porque violaron sus condiciones, sino que Estados Unidos apunta a los peajes de Rutas de Lima.
Pérez no incluyó esta obra en el acuerdo de colaboración eficaz del 2019. Hace un año, se reveló que Jorge Barata había admitido pagos ilegales a funcionarios ediles cuando Susana Villarán era alcaldesa de Lima.
Fallido juez
Ahora se ha descubierto que, en forma muy similar, en el 2016 quien era el fiscal encargado de negociar con Odebrecht en EEUU, Andrew Weissman, incurrió en el mismo “olvido”.
Esto beneficiaba directamente a Brookfield Managemente Assesment, empresa que pagaba por sus servicios al estudio jurídico Jenner & Block, donde Weissman había trabajado, y donde actualmente labora, además de ser docente en su país.
Ya el año pasado Pérez había demostrado su deseo de dejar el Ministerio Público. Postuló a una convocatoria de la Junta Nacional de Justicia para ser juez, pero terminó desaprobado.
En ese entonces, allegados de Martín Vizcarra se acercaro para invitarlo a ser parte de su partido político, pero todo quedó en suspenso.
Ahora la situación ha cambiado, y el abogado Marco Tulio Gutiérrez (especialista en Derecho Electoral y uno de los primeros en denunciar los peajes corruptos de Odebrecht) no duda en que los fiscales aprovecharán el momento para hacer política.
“Ten la plena seguridad de que van a ser candidatos. Tienen lo más importante para un político: están vigentes en medios de prensa que les ayudan a fijar su existencia en la opinión pública”, declaró a EXPRESO el letrado.
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Gutiérrez impulsó la revocatoria de Villarán en el 2012, situación que la entonces alcaldesa sorteó con éxito, gracias a que las constructoras brasileñas le dieron millones de dólares para su campaña por el No.
“Hay un sector que votaría por ellos. Está la caviarada, que difunde el odio a todo lo que signifique estar en contra de ellos, y personas bienintencionadas que se dejan engañar”, agregó Gutiérrez.
Aclaró que, si bien el reglamento de elecciones obliga a cierto rango de funcionarios a renunciar hasta el 13 de octubre para poder postular, Vela y Pérez son fiscales de nivel superior y provincial, no supremos que administren presupuesto.
“Si no aprovecha esta, la oportunidad se les va a pasar. Se ve su estrategia de victimización para alejarse de los juicios que podrían caerse. Su victimización es típica de campaña electoral”, señaló.
Acotó que Pérez y sus allegados habrían acordado no incluir el proyecto Rutas de Lima en el acuerdo de colaboración, tal como sucedió con Weissman en Estados Unidos, a cambio de algo.
“No explican porqué se omitió un caso tan emblemático, y como decía un maestro de Derecho, en estos casos se aplica un principio de la física: por donde el agua pasa la humedad queda. Con tanto millones en juego, es poco creíble que se les haya pasado así nomás”, finalizó.
Desde el 2018, cuando inauguraron una escalada de pedidos de prisión preventiva, en paralelo con continuas entrevistas en medios de comunicación, Vela y Pérez se convirtieron en los fiscales más mediáticos que haya tenido el Ministerio Público, después de la corrupta Blanca Nélida Colán en los noventa.
Lograron encarcelar tres veces a Keiko Fujimori, pero las tres veces, jueces superiores y el Tribunal Constitucional ordenaron liberar a la lideresa de Fuerza Popular.
No era lavado
Le tesis del Equipo Lava Jato era que Fujimori y decenas de allegados habían constituido una organización criminal para lavar activos. Estos habrían sido principalmente de Odebrecht.
Para mala suerte de Pérez, él mismo sustentó que el dinero entregado era para campañas políticas. Este hecho no era delito de lavado sino hasta noviembre del 2016, y los actos denunciados se habían producido hasta abril de ese año. Esto sería clave para que el TC ahora declare que se han vulnerado los derechos constitucionales de los enjuiciados.
Prontuario de errores
Además, está el precedente de que el fiscal abrió investigación a varios procesados en este caso por obstruir sus investigaciones. Al ser un conflicto de interés, se anuló lo avanzado y otro despacho ha empezado de cero las diligencias respectivas.
Pérez también perdió ante el TC por José Chlimper. Para acusarlo, agregó imputaciones por hechos que no habían sido contrastados. Esto ha obligado a que él mismo rehaga la acusación, prácticamente eliminando el cargo de organización criminal.
Acuerdo secreto
A fines del año pasado, un habeas data de Phillip Butters y Wilber Medina también reveló su negligencia. Se reveló el acuerdo con Odebrecht del 2019, y se comprobó que no había puesto una cláusula que impidiera que esta empresa demande al Perú.
En este punto, el miembro del Equipo Lava Jato responsabilizó al entonces procurador Jorge Ramírez, así como a Silvana Carrión, a la sazón su adjunta.
Gracias a esta omisión, ahora no solo el Perú enfrenta un arbitraje por 1,200 millones de dólares, debido al frustrado Gasoducto del Sur, sino también por Rutas de Lima (a cargo de Brookfield, socio de Odebrecht en los peajes de la corrupción).
Previamente, en el 2019, el medio ecuatoriano La Posta reveló que sí existían indicios de delitos en obras no incluidas en el acuerdo de colaboración eficaz. Entre ellas figuraban el Gasoducto y Rutas de Lima.
La justificación de Vela fue decir que el convenio era “progresivo”, en el sentido de que permitía incorporar nuevos casos a los ya aceptados por Odebrecht (Metro de Lima, Interoceánica Sur, Costa Verde del Callao y Vía de Evitamiento del Cusco).
Esto resultó ser falso, a tal punto que el Equipo Lava Jato ahora es observado porque luego usó la información que los brasileños habían proporcionado, en contra de ellos mismos. Esto contravenía una de las cláusulas, y ahora ha desatado un terremoto.
EXPRESO reveló que el Ministerio de Justicia de Brasil había notificado a Perú, el 12 de setiembre de este año, la suspensión indefinida no solo de las coordinaciones para el caso Lava Jato, sino para cualquier trámite por cooperación judicial.
5 advertencias
“Anteriormente, en los años 2018, 2021, 2022, 2024 y mayo de 2025, también hubo suspensiones a raíz de reiterados incumplimientos de compromisos asumidos con las autoridades brasileñas”, señaló Eduardo Roy Gates, abogado de Odebrecht, bajo la razón social de Novonor.
Es decir, desde incluso cuando Pablo Sánchez era fiscal de la nación se produjeron hechos ahora cuestionados. Otro problema es que el país vecinos ha pedido devolver todo lo tramitado, con lo cual todos los casos se quedarían sin pruebas claves.
El letrado antes había defendido a Ollanta Humala y a Nadine Heredia en procesos penales relacionados con la constructora.
Esta situación se asemeja a la de César Nakazaki, quien también patrocinó a la expareja presidencial, y ahora lo hace con Barata.
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