De Huánuco para el mundo: el misterioso templo de las manos cruzadas
Kotosh es una de las evidencias más antiguas de construcciones dedicadas a la actividad ceremonial o religiosa en Perú.
Kotosh es uno de los grupos arquitectónicos más antiguos del Periodo Formativo. Estos se encuentran localizados en el distrito de Huánuco, en la provincia y departamento del mismo nombre, a unos 2,100 metros sobre el nivel del mar.
Descubierta en 1960 por el arqueólogo japonés Seiichi Izumi, el edificio de las Manos Cruzadas es uno de los tesoros más emblemáticos de nuestra cultura. La ubicación en la Tradición Mito es importante, se caracteriza por representar dos elementos, una física presentada en el templo y una abstracta: el fuego sagrado.
Uno de los misterios por desentrañar es su centro de gravedad magnética que lo ha convertido en un punto de atracción turística.
Este Complejo Arqueológico ha pasado por diferentes periodos de construcción, siendo el más antiguo el que presenta una datación de 2000 años antes de nuestra era, y son estructuras que desde la base pertenecen a la Tradición Mito. La ubicación temporal en la Tradición Mito es importante, este se caracteriza por representar en sus edificaciones dos elementos, una física presentada en el templo y una abstracta: el fuego sagrado.
A nivel estructural, los templos se encuentran superpuestos y hechos con piedras canteadas que han sido cuidadosamente unidas gracias a la ayuda de argamasa de barro. Su forma es la base cuadrada con vértices redondeados y en general los templos no ocupan un gran espacio, tan solo de 20 m2. Los templos comparten la orientación frontal hacia el sudeste y entre ellos podemos reconocer a: El Templo de los Nichitos, el Templo Blanco y, el más conocido e importante, el Templo de las Manos Cruzadas.
El Templo de los Nichitos se encuentra localizado sobre el Templo de Kotosh, se llama así por la presencia de nichos en su estructura y pertenece al periodo más tardío de las construcciones. Este fue descubierto por un grupo de arqueólogos japoneses y es importante porque permitió entender los métodos de construcción utilizados por los hombres de este pueblo. La construcción seguía el siguiente patrón: Primero la elaboración de un piso, segundo, la edificación de un fogón con distintos ductos de ventilación, en tercer lugar, se terminaron los pisos y los nichos para enlucir finalmente las paredes.

El templo de las manos cruzadas
Kotosh es una de las evidencias más antiguas de construcciones dedicadas a la actividad ceremonial o religiosa en el Perú, y la forma de sus templos y la disposición de sus elementos interiores definen al más antiguo movimiento religioso del antiguo Perú, conocido hoy en día como 'Tradición Mit'. Se halla en Kotosh, una pequeña pampa situada a 4 km al oeste de la ciudad de Huánuco y sore el margen derecho del río Higueras.
La antigüedad asignada a este templo o recinto sagrado alcanza a más de 1800 A. C. en pleno precerámico o arcaico tardío; se dijo en su momento que era el primer ejemplo de arquitectura religiosa, no solo del Perú, sino de toda América. Además, se puede decir que este monumento representa la unión de los antiguos pobladores.
Kotosh está conformado por una serie de edificios construidos de piedra canteada con barro, de plantas cuadrangulares y sobre plataformas rellenadas con tierra de cantos rodados, piedras canteadas y barro. Estos recintos son relativamente pequeños, de entre 4 y 6 m de largo, aunque también hay de más de 9.5 m de largo. Todos carecen de ventanas y probablemente tenían techos planos. En el interior de cada recinto se aprecia un piso cuadrangular que consta de dos niveles: uno más bajo, en forma de piso hundido, rodeado por otro nivel más alto a modo de banqueta. El nivel bajo contiene al centro un pequeño pozo que servía de fogón, conectado a un pequeño conducto subterráneo de ventilación. Las paredes internas (y a veces las del piso hundido) tienen nichos de diversos tamaños, y en algunos casos pinturas sencillas o relieves en forma de brazos cruzados, como es el caso del Templo de las Manos Cruzadas. Tiene forma rectangular y mide 9.5 m de largo por 9.3 m de ancho. Se ingresaba por una portada de 2.15 metros de alto.
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Sus muros, de 2.4 a 2.8 m, fueron enlucidos con una fina capa de barro color blanco-crema y engalanados con nichos y hornacinas grandes de forma trapezoidal. Debajo de dos de estos nichos se descubrieron las famosas manos cruzadas modeladas en terracota, que los arqueólogos tuvieron sumo cuidado de no dañarlo. El significado de esta representación es un misterio. Los investigadores japoneses dijeron que podía significar amistad, acercamiento, bondad. Otros estudiosos opinan que las manos fueron el elemento fundamental en el templo, pieza básica de un rito de la que sería la primera gran religión americana. Es más bien probable que el relieve pudiera ser parte de una efigie mayor, que ya no se conserva.
Como todos los templos de su tradición, el piso está dividido en dos niveles con un fogón central en el nivel inferior y un conducto de ventilación subterráneo por donde salían los humos hacia el exterior.
Esa tendencia de hacer estructuras ceremoniales en forma de piso hundido con un fogón al medio (donde seguramente se quemaban las ofrendas) ha sido denominada Tradición Religiosa Kotosh, Tradición Mito o Tradición de los Altares del Fuego Sagrado. Sin embargo, hay ejemplos más antiguos, como los hallados en La Galgada (Pallasca, Áncash) de hace 2380 a. C. y Huaricoto (Marcará, Áncash), con una antigüedad de 2796 a. C. Se han hallado también vestigios en Tantamayo (Huánuco), en Caral (Supe) y en Huacaloma (Cajamarca), por lo que debió ser una tradición muy extendida en los Andes norcentrales del Perú, desde la Costa hasta la ceja de Selva.
El descubrimiento
En 1960, el arqueólogo japonés Seiichi Izumi dirigió excavaciones en Kotosh y descubrió el edificio con las manos cruzadas.
Durante el Virreinato del Perú, Kotosh fue conocido como una huaca prehispánica, siendo expoliada por los buscadores de tesoros. Hasta antes de ser redescubierta en la década de 1930 tenía la apariencia de un promontorio natural. En 1934 Javier Pulgar Vidal identificó en la zona fragmentos de cerámica preínca. Al año siguiente fue visitada por el célebre arqueólogo Julio César Tello, quien lo consideró un yacimiento arqueológico de mucha importancia. Tello dedujo que la cerámica de Kotosh estaba emparentada con la alfarería Chavín, lo que abonaba a favor de su hipótesis de la llegada del hombre de la selva a la sierra. Kotosh, de acuerdo a este planteamiento, habría sido un eslabón importante en el surgimiento de la civilización peruana, cuya cultura matriz fue Chavín.
Tras la muerte de Tello, no hubo más investigaciones en la zona, hasta que en 1960 la Universidad de Tokio envió una expedición al mandó del profesor Seiichi Izumi, conformada por el arqueólogo Toshinico Sono, el antropólogo Kazuo Terada y otros especialistas. El equipo removió escombros en Kotosh, hasta encontrar los restos de una antiquísima construcción del precerámico, al que llamaron el Templo de las Manos Cruzadas, debido a que, en dos de sus paredes, en la parte inferior, descubrieron relieves de barro modelado en forma de brazos cruzados, de significado misterioso, aunque aparentemente de connotación religiosa.
Tras un paréntesis, en 1963 retornó Izumi al Perú, trayendo consigo un equipo de especialistas mayor que el de 1960, con el propósito de dilucidar definitivamente el misterio del Templo. Los arqueólogos desenterraron totalmente el templo de las Manos Cruzadas, confirmando que era del precerámico, al no hallarse vestigios de alfarería (hacia 1800 a. C.). Los restos de cerámica recién se hallan en la siguiente estructura superpuesta, llamada el Templo de los Nichitos. Asimismo, se estableció para la cerámica de Kotosh una larga secuencia, que llega hasta el Intermedio Temprano.
El más famoso de sus recintos, que se encuentra expuesto actualmente al público, es el Templo de las Manos Cruzadas, llamado así por tener dos altorrelieves en barro en forma de sendos brazos cruzados, cuya antigüedad se remonta al 1800 a. C. (fase Kotosh-Mito). Entre los investigadores y arqueólogos que han estudiado este sitio arqueológico se encuentran Javier Pulgar Vidal, Julio César Tello y Seiichi Izumi.

Los investigadores japoneses dijeron que podía significar amistad, acercamiento, bondad. Otros estudiosos opinan que las manos fueron el elemento fundamental en el templo, pieza básica de un rito de la que sería la primera gran religión americana. Es más bien probable que el relieve pudiera ser parte de una efigie mayor, que ya no se conserva.
Como todos los templos de su tradición, el piso está dividido en dos niveles con un fogón central en el nivel inferior y un conducto de ventilación subterráneo por donde salían los humos hacia el exterior.
Tan solo se han encontrado restos quemados de huesos de camélidos y de cérvidos, así como resto de cuyes fuera de los recintos. Por comparación con otros lugares y por la época se cree que los hombres de Kotosh conocieron la agricultura y la domesticación de camélidos y animales menores como el cuy.
Kotosh turístico
La Zona Arqueológica Monumental Kotosh (declarada como Patrimonio Cultural de la Nación), con un antigüedad de unos 4,000 años y considerado uno de los templos más antiguos del Perú, continúa en investigación permanente y dentro de poco se dará a conocer los resultados del trabajo de los arqueólogos en el sector VI, donde estaban las ocupaciones domésticas, donde vivían los antiguos peruanos.
Kotosh, ubicado a unos 4 kilómetros de la ciudad de Huánuco, capital de la región del mismo nombre, fue construido a orillas del río Higueras (afluente del río Huallaga) y cuenta con un hermoso puente de acceso peatonal, recientemente renovado. Con un nuevo puente colgante y su centro de gravedad magnética, el turismo se ha reactivado lo que es un orgullo para los huanuqueños.
Entre los principales atractivos de Huánuco, donde uno de los principales es la Zona Monumental Arqueológica de Kotosh y su Templo de las Manos Cruzadas, el Puente Huayopampa, la Plaza de Armas de Huánuco, el árbol del amor, el museo de ciencias de Huánuco, Puente Calicanto, La Casa de la Perricholi y sus templos encabezados por la Catedral.
En Kotosh se han encontrado tres templos; el Templo Blanco, el de las Manos Cruzadas y Los Nichitos. Están ubicados uno encima del otro tal como explica el arqueólogo al hacer un recorrido y mostrar cuánto se ha avanzado y cuánto aún falta por explorar que es inmensamente superior a lo trabajado hasta el momento. Lo que queda claro es que los templos no funcionaron al mismo tiempo porque estaban uno encima del otro, es decir enterraron los antiguos y construyeron otros encima.
La llamaron Templo de las Manos Cruzadas porque encontraron en la parte inferior, en una de sus paredes interiores, relieves de barro modelado en forma de antebrazos cruzados.
En una de las réplicas, el antebrazo (que es la descripción más exacta de los relieves) del hombre cruza de derecha a izquierda el antebrazo de la mujer. Y en el otro el antebrazo de la mujer cruza de izquierda a derecha, el antebrazo del hombre.
“Esos dos relieves muestran el concepto de dualidad de la importancia de ambos y frente a los 4 elementos de la naturaleza: el fuego, el aire, la tierra y el agua”.
Dichos muros fueron enlucidos con una fina capa de barro color blanco-crema y engalanados con nichos y hornacinas grandes de forma trapezoidal, señala el arqueólogo mientras muestra el fogón que está en el centro del recinto, nadie deja pasar la oportunidad de tomarse una foto en la plataforma colgante.
Pero también se puede vivir una experiencia que llama mucho la atención porque la rotonda donde se inicia el recorrido, es un centro acústico que cualquiera puede experimentar y quedar maravillado. Eso se debe a que en la rotonda es un centro magnético, incluso la aguja imantada de una brújula no pueda encontrar fácilmente su norte cuando es colocada sobre el espacio y se va al sur, explicó un orientador al señalar que todos los que hacen el experimento salen asombrado del eco de su voz.
La Zona Arqueológica Monumental de Kotosh tiene un museo de sitio donde se exhiben réplicas de las vasijas de cerámica, una maqueta de la arquitectura de Kotosh y una recreación del Templo de las Manos Cruzadas, descubiertos por la misión japonesa entre los años 1906-1966.
Se puede llegar por vía área, son dos líneas y el vuelo demora unos 45 minutos. El aeropuerto Alférez FAP David Figueroa es bastante confortable. Del terminal aéreo al centro de la ciudad son unos 15 minutos en taxi y los precios son máximo unos 15 soles.
Vía terrestre el viaje demora unos 10 horas como máximo (de Lima a Huánuco son unos 400 km). El recorrido por la carretera Central es Lima– Matucana – San Mateo – Ticlio – La Oroya – Junín – Cerro de Paso – San Rafael – Ambo – Huánuco. Hay diversas empresas y son fáciles de ubicar por internet. Los precios son desde los 60 soles.
Huánuco, “La Ciudad de los Caballeros de León”, es una ciudad de clima templado y bastante agradable. Es una urbe con bastante actividad comercial que ha crecido en el último año. Cuenta con supermercados y su tradicional Mercado Modelo como toda gran ciudad.
También hay hoteles y restaurantes de diversas características y diversos precios. El transporte en la ciudad es en mototaxi, muy difícil los taxis y los autos hacen servicio de colectivo.
La gastronomía de Huánuco también es muy tradicional y satisface a los paladares más exigentes. Entre los mejores platos están el picante de cuy , la pachamanca huanuqueña, el locro de gallina, el caldo Verde, el chicharrón con mote, las humitas de maíz, el picante de queso y los prestiños, este último un dulce a base de harina y huevo, que son tradicionales.
“Hoy en día lo que hay son réplicas fieles a las originales. De las originales solo existe una, la que estaba en mejor estado, está en el Museo de Antropología de Pueblo Libre, la otra no resistió”.
La original volverá al recinto cuando estén dadas las condiciones, remarcó al explicar que a esos dos relieves descubiertos por el equipo japonés se debe el nombre del templo.
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