Policía frustra captura de terrorista "Artemio"
El 12 de febrero de 2012 hallaron herido a cabecilla del "Comité Regional del Huallaga".
Lo que sigue es el relato de un capítulo de nuestra historia que jamás fue esclarecido y, claro, ocurrió durante el gobierno del prófugo Alejandro Toledo. El hecho frustró la captura de Florindo Eleuterio Flores Hala (a) "Artemio" y permitió que el sanguinario terrorista siga perpetrando una escalada de crímenes y protegiendo a las "firmas" del narcotráfico.
Se vivían los primeros años del siglo XXI, la información que habitualmente recibía "Artemio" le llegaba a través de sus secuaces en Lima y por un celular satelital que le arrebató a un policía asesinado en una de sus embocadas a las fuerzas del orden.
El aparato se malogró y su reparación fue encargada sus nexos en la capital. Meses antes un almirante en retiro de la Marina de Guerra y entonces jefe del desaparecido Consejo Nacional de Inteligencia (CNI) captó a "Mario", pariente político de "Artemio", y a la terrorista arrepentida "Rosa", quien identificó a Filomeno Cerrón Cardoso, como se hacía llamar "Artemio".
Poco después, al asumir la conducción del CNI el general EP (r) Daniel Mora Zevallos y tras una total reorganización de dicho organismo, el coronel EP (r) José Valdivia Rodríguez, en su calidad de jefe de la Dirección de Contrainteligencia, organizó una red de informantes compuesta por ronderos del valle del Apurímac y Ene (VRAE), quienes aseguraron haber visto a "Artemio" en una zona aledaña al caserío Pueblo Nuevo, entre las localidades de Aucayacu y Tingo María.
Según ellos, cojeaba y tenía a su mando dos pelotones de aproximadamente 30 sediciosos encabezados por "Roger" y "Dante", sujetos que habían sido adiestrados desde adolescentes por Flores Hala y que en los últimos meses actuaban a su libre albedrío.
La seguridad y logística era responsabilidad de ocho subversivos integrantes de su "guardia de honor", a cargo de " Francisco” y "Leo".
CONTACTO
La primera quincena de octubre de 2003, Valdivia, quien adoptó el seudónimo de "César", conoce a través del informante "Renzo" al senderista arrepentido "Elmer", el cual tenía requisitoria por incumplir normas legales y acude para pedir apoyo a cambio de datos claves para ubicar a "Artemio".
El sujeto había sido lugarteniente de Oscar Ramírez Durand (a) "presidente Feliciano" y, tras la caída de este, se había integrado a las hordas de Flores Hala, convirtiéndose en uno de sus hombres de confianza. El encuentro entre el militar y "Elmer" fue en la pollería "Norkys " de la avenida Arequipa, en Lince.
Se le mostraron 15 fotografías tamaño pasaporte de diferentes personas de rasgos similares a los del cabecilla terrorista.
"Elmer" dejó de saborear el pollo que le habían servido y reconoció de inmediato a "Artemio". En compensación recibió dinero y un DNI falso que le permitiera circular mientras legalizaba su situación.
"CAZAFANTASMAS"
Con la información recibida, "César" y su equipo de estrategas elaboraron en 72 horas el Plan "Cazafantasmas", cuya primera etapa quedó definida la última semana de octubre.
Se realizaron numerosos contactos con senderistas arrepentidos, entre ellos "Felino", legendario colaborador del Ejército en el Alto Huallaga, pintoresco personaje que se unió a la lucha antiterrorista "porque su conciencia no lo dejaba tranquilo". En esa oportunidad corroboró los reportes de los ronderos y a cambio se le obsequió un equipo de sonido.
Analizada toda la información conseguida, el comando EP "Fernando" viajó a Tingo María y allí contactó con "Mario", quien permanentemente llevaba las cartas de la conviviente de "Artemio", que estaba recluida en la cárcel "Santa Mónica" de Chorrillos.
Dos días después, el sujeto confirmó que el criminal más buscado del país estaba en una zona de Pueblo Nuevo, en una choza aislada en el sector "El Platanal", que le servía para sus negociaciones con los narcotraficantes.
Lo más importante fue que entregó a "Fernando" el celular satelital malogrado de Flores Hala y le dijo que el cabecilla del "Comité Regional del Huallaga" le había ordenado llevarlo a Lima para ponerlo operativo.
A partir de ese día Valdivia Rodríguez con sus analistas planificó el acercamiento entre "Mario" y "Artemio" con el objetivo de capturarlo. Ambos personajes tuvieron una nueva reunión que se realizó en pleno Huallaga entre trago y trago con vino Burdeos, licor que el cabecilla de SL no bebía desde la célebre reunión en que se vio a Abimael Guzmán bailando al compás de la música del film "Zorba el Griego".
Es en esas circunstancias que "Mario" le dice a "Artemio" que un microempresario de Villa El Salvador seguidor del "pensamiento Gonzalo" pagaría la reparación del aparato y se lo entregaría personalmente. La idea de "César" era dárselo en sus manos, retirarse y luego de un tiempo prudencial, ubicarlo mediante el GPS, para lo cual ya se había coordinado con Global Star.
También tenía planeado obsequiarle una botella de vino - bebida preferida del genocida - que contendría un somnífero con el fin de doparlo. “Nuestra idea era detenerlo sin un solo disparo", recuerda con nostalgia el coronel EP (r) Valdivia Rodríguez.
De otro lado, se supo por "Mario" que el día del encuentro entre "César" y "Artemio" en la choza de El Platanal, el cabecilla de SL iría solo con dos miembros de su “guardia de honor" que llegado el momento hubieran sido fácilmente reducidos.
Todo estaba planificado para concluir con éxito la detención de Flores Hala, con lo que acabaría la presencia de Sendero en el Huallaga.
Es en ese momento que el general EP (r) Daniel Mora pidió a su colega Roberto Chiabra León, entonces comandante general del Ejército, que apoyase al CNI con un helicóptero de la Compañía Especial de Comandos N° 115 asentada en Aucayacu, integrante de la Brigada de Fuerzas Especiales de Tingo María, entonces al mando del general EP (r) Howell Ballenas, cuyas tropas llegado el momento deberían neutralizar a los sediciosos que interfiriesen la Operación "Cazafantasmas".
Días después se presentaron en la Dirección de Contrainteligencia (Dici) el mismísimo general Ballenas y su asistente "Zorro" y allí recibieron la información al detalle del coronel EP (r) Valdivia Rodríguez, exposición que dos días antes había brindado a Mora y al general EP (r) Carlos Chamochumbi, entonces jefe de la Dirección de Inteligencia Estratégica (Dine), conocido en el ámbito de los servicios secretos como "Calamar", recibiendo la respectiva aprobación.
"Todo estaba listo, "Fernando" alistó los equipos de monitoreo para ver el desarrollo de la operación desde las instalaciones del CNI", recuerda Valdivia.
El 15 en horas de la mañana Valdivia y su asistente llegaron a Huánuco, se hospedaron en un hotel y allí, con "Fernando", durante la noche realizaron las últimas coordinaciones. Tenían la autorización de Toledo y Chiabra había garantizado a Mora que la operación contaba con el respaldo del comando del Ejército.
Cerca de la medianoche, Valdivia, "Fernando" y su asistente se dirigieron hacía Aucayacu en una camioneta particular. En la ruta, el chofer hizo una peligrosa maniobra y esquivó un cadáver que estaba tirado en medio de la vía, colocándolos al borde de un precipicio.
"Esto es cosa de todos los días, antes eran los terrucos ahora son los asaltantes", dijo con total tranquilidad el chofer del vehículo. Minutos después llegaron a la base de la Compañía Especial de Comando N° 115, que era un conjunto de rústicas cabañas donde la tropa vivía en condiciones extremas.
MISIÓN FALLIDA
Al amanecer, tras coordinar con el jefe de esa guarnición, Valdivia retornó a Tingo María. A las 8.15 de la mañana contactó por vía satelital a "Fernando", quien se dirigía a Pueblo Nuevo, y este le comunicó que desde las 3:30 de la madrugada la patrulla estaba camuflada a cien metros de la choza donde sería el encuentro.
El oficial, confiado en que la misión se cumpliría tal como se había planeado, le dijo a Valdivia: “Descanse coronel, todo va a salir bien".
Pero ocurrió lo inimaginable. A las 8:45 de la mañana del día 17, cuatro helicópteros de la Policía Nacional sobrevolaron el área donde se iba a entrar en contacto con "Artemio". "Fernando, ¿qué sucede?”. El oficial respondió: "No sé, mi coronel, hay más de 200 policías en El Platanal. Han detenido a "Rosa" [informante] y la están interrogando. ¿Qué hago, César?".
La orden de Valdivia fue tajante: “Fernando, que nuestra gente se repliegue de inmediato, voy a hablar con Howell Ballenas".
Cuando el coronel EP (r) Valdivia llegó al cuartel comprobó que el helicóptero que supuestamente serviría para trasladar a "Artemio" una vez capturado no estaba preparado para la misión. Nadie sabía nada. La Operación "Cazafantasmas” había sido abortada por la injerencia de la Policía.
INFIDENCIA
Indiscutiblemente se había producido una infidencia y no por parte de ninguno de los informantes y colaboradores que iban a recibir una importante recompensa. "Artemio" salió tranquilamente de la choza, vestido con un short azul, polo negro, gorro, su morral al hombro y escuchando música en un radio portátil.
Desapareció entre los matorrales en las narices de los policías enviados por Fernando Rospigliosi Capurro, entonces titular del sector Interior, quien posiblemente quiso subir unos puntitos y aparecer ante la opinión pública como un ministro eficiente.
¿Quién filtro la información sobre la Operación "Cazafantasmas”? Hay quienes creen que salió del Pentagonito, toda vez que Chiabra era quien debió dar la orden para el uso del helicóptero, tal como ofreció a Mora. Otros aseguran que el delator fue un miembro de la propia Dirección de Contrainteligencia del CNI. Lo inexplicable y aún sin respuesta es por qué cuando el coronel Valdivia fue a la Brigada de Fuerzas Especiales de Tingo María se dio con la sorpresa de que el helicóptero no estaba listo para la misión.
LA CAÍDA DEL ASESINO
Años después de la frustrada operación, el domingo 12 de febrero de 2012 a las 9 y 20 de la mañana, tras una ardua búsqueda, patrullas combinadas del Ejército y la PNP hallaron al cabecilla del "Comité Regional del Huallaga" herido, tirado sobre un colchón en el suelo, en una choza del caserío Yacusisa, en Tocache, región San Martín. Presentaba impactos de bala en el tórax y manos.
Fue trasladado en un helicóptero a la Base Antidrogas de Santa Lucía y de allí al Hospital de las Fuerzas Policiales en Lima, donde lo visitó el entonces presidente Ollanta Humala.
Su captura, por las acciones de búsqueda del Plan "Perú", se produjo gracias a las confesiones dadas a la Policía por Teófilo Trujillo Huaranya (a) " Cubillas“, quien lo delató dando la ubicación donde se ocultaba. Allí se hallaron prendas de vestir ensangrentadas pertenecientes a Flores Hala.
En esas circunstancias las columnas senderistas efectuaban desplazamientos a lo largo del "cordón cocalero” en busca de medicamentos papara curar las heridas del jefe senderista. Fuentes de inteligencia indican que recorrieron desde Tocache hasta Quillabanba, donde campesinos inducidos por Sendero al cultivo de la pasta básica de cocaína (PBC) les proporcionaron dinero y algunos medicamentos.
Paralelamente realizaron pintas con los símbolos de Sendero en las localidades de Sión, Nuevo Progreso y Mishoyo, donde eran conocidos como "cumpas".
Estas mismas columnas itinerantes estuvieron en Juanjuí, Moyobamba y Tarapoto repartiendo volantes en los que exigían "la libertad del doctor Guzmán". La organización narcoterrorista sufrió un duro golpe con la caída de "Artemio".
LAS ‘BASES DE APOYO’ EN EL VRAE
Consultores del Terrorist Incident Working Group (Grupo de Trabajo sobre Incidentes Terroristas) norteamericano coinciden con Vladimiro Montesinos en el sentido de que "Artemio" consiguió expandir y consolidar ”Bases de Apoyo" acercándose a las poblaciones del VRAE y aprovechando la indiferencia del Estado. El cabecilla de SL se ganó la simpatía y adhesión de esas personas con acciones de apoyo social y económico.
POR CÉSAR REÁTEGUI
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