“Izquierda quiere paralizar economía del Perú”, advierte economista Carlos Adrianzén
Sostiene que los constantes pedidos de vacancia contra la presidenta de la República generan inestabilidad y afectan el crecimiento económico.
¿Considera usted que la izquierda busca paralizar la economía peruana?
La izquierda, en esencia, implica una intensificación de la intervención económica y política que puede llevar a formas de opresión. Se considera de izquierda cuando, por razones como la explotación laboral o la protección del medio ambiente, se restringe la libertad individual de las personas, lo que eventualmente deriva en algún nivel de opresión.
En el Perú, la presidenta Dina Boluarte forma parte de una serie de líderes de los últimos diez años que podrían ser catalogados como de izquierda. Las estadísticas sobre presión política y económica reflejan esto de manera lógica y contrastada. En general, la izquierda tiende a tener un efecto recesivo en la economía: reduce el crecimiento, limita la inversión y aumenta la corrupción. Este fenómeno no es exclusivo del Perú, sino que se manifiesta en otros contextos similares a nivel global.
¿Está de acuerdo con los constantes pedidos de vacancia contra Boluarte?
El Perú no es Suiza; los pedidos de vacancia se han vuelto recurrentes, ocurriendo periódicamente. Sin embargo, estos eventos generan inestabilidad y afectan el crecimiento económico, que se espera que ronde entre el 2 % y el 3 % este año. Uno de los principales factores que limita la recuperación de la inversión en el país es el “ruido político”, el cual, como es sabido, no beneficia a ninguna nación.
Además de la inestabilidad política, se observa un giro hacia políticas de izquierda, evidenciado, por ejemplo, en la decisión del gobierno de financiar una empresa pública en crisis, como es el caso de Petroperú. Al destinar fondos a esta empresa, se limita el margen de acción del sector privado y se genera un ambiente de desconfianza. Este enfoque también agrava el déficit fiscal, que ya supera el 4 % del PBI, lo cual indica que el país no sigue las reglas de disciplina fiscal.
Aunque el Perú presenta una gestión monetaria relativamente estable en comparación con otros países de la región, la gestión económica de la presidenta Dina Boluarte no aprueba en general. A esto se suma la percepción de caos por la falta de orden público, lo cual profundiza la sensación de crisis. De los factores que afectan la economía, el impacto del manejo económico parece ser más dañino que la inestabilidad política.
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