98% de universitarios afirma que instituciones del Estado son corruptas, mientras que el 97% opina que no actúan con transparencia

Llama la atención que una mirada representativa de todo el país, que ha tomado en consideración la opinión de jóvenes universitarios, arroje de manera contundente que la conducta de las entidades del Estado estén mayoritariamente inmersas en serios procesos de corrupción, dejando claro que existe un mal manejo dentro de ellas, lo cual resulta una realidad preocupante de nuestro país para la primera cuarta parte del presente siglo.

Efectivamente, el más reciente estudio realizado por el Centro de Investigación en Opinión Pública (CIOP) de la Universidad de Piura (UDEP) dio a conocer reveladoras cifras que los gobernantes deben tomar en consideración para superar esta dura realidad, y que lamentablemente es una triste radiografía del país.

De acuerdo al sondeo de opinión realizado exclusivamente para jóvenes universitarios de todo el país, existe una valoración negativa del comportamiento de las instituciones del Estado: el 66% de ellos considera que estas siempre son corruptas, el 53% cree que no son transparentes y el 35% piensa que actúan ilegalmente.

Conforme al documento, si se hace un análisis agrupando categorías: el 98% considera que las instituciones presentan corrupción; el 97%, que no actúan con transparencia; y el 94%, que presentan comportamientos arbitrarios.

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El doctor Fernando Huamán Flores, director del CIOP, nos dice que el público joven es perfectamente consciente de que el sistema institucional tal y como está, no es transparente y sirve principalmente a intereses particulares, por lo tanto esta percepción de corrupción es fundamentalmente un castigo a la clase dirigencial actual, más no un castigo al sistema democrático, que si bien es cierto hay que hacer ajustes, no hay una percepción generalizada de que tenga que cambiar.

Huamán aclara que existe una deuda respecto a la forma de comunicación de las entidades públicas, porque, por ejemplo, el jefe de imagen de una municipalidad o cualquier otra institución, en realidad termina siendo el jefe de imagen del alcalde, o del gobernador regional, etc.; por lo tanto toda comunicación pública está dirigida fundamentalmente a resaltar la figura de la autoridad política que representa a una institución. Debido a ello existe un gran inconveniente, que no se permite que la ciudadanía conozca cuáles son los fines institucionales.

El director del CIOP señaló que generalmente, la aprobación de muchas instituciones tiene que ver con los niveles de aprobación de las autoridades públicas, existiendo una correlación directa, porque si se aprueba a una autoridad, esa autoridad automáticamente va a influir en la percepción de cómo funciona un sistema institucional.

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