Persecución a la prensa y oposición
Pedro Castillo quiere impedir que se investiguen casos como el de Sarratea, Karelim López, Bruno Pacheco y obras para sus amigos en el MTC.
Por C. Alfredo Vignolo
En el Perú se ha desatado una persecución que afecta no solo a la oposición política sino a la prensa. Tanto es así que esta semana, una turba de simpatizantes del Gobierno atacó a golpes y a chicotazos, a cinco periodistas de diversos medios de comunicación, que cubrían la investidura del voto de confianza.
Antes, la Fiscalía peruana ha denunciado al periodista y exministro del Interior, Fernando Rospigliosi, por un artículo de opinión. Rospigliosi explicaba lo sucedido en Twitter: «Hoy declaré ante la policía por la denuncia de acoso que ha hecho un individuo que responde al nombre de José Pérez y es fiscal. La acusación es por opinar en este artículo https://lampadia.com/analisis/politica/el-alan-garcia-que-conoci… Ahora ese sujeto ha pedido que la carpeta pase a la fiscalía de crimen organizado».
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La denuncia contra Rospigliosi ha sido interpuesta por José Domingo Pérez Gómez, fiscal titular de Lima destacado a la Segunda Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Lavado de Activos y Pérdida de Dominio del Ministerio Público del Perú.
El propio Rospigliosi añadía en las redes sociales que la fiscalía del régimen comunista de Pedro Castillo se ha convertido en un «instrumento de persecución política».
Luego de los reclamos del fiscal José Pérez, de que las críticas a su actuación como miembro del equipo Lava Jato son una amenaza a su vida, la Fiscalía abrió investigación a José Barba Caballero, Rafael Rey, Rafael López Aliaga, Luis Gonzales Posada y Fernando Rospigliosi por supuesto acoso.
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