Pedro Castillo habría autorizado las empresas de fachada

Por María Teresa García

Antes de efectuarse los procesos de licitación de obras fraudulentas como en el caso de los distritos cajamarquinos de Anguía y Chadín y de Chachapoyas (Amazonas), los operadores y hermanos Hugo y Anggie Espino Lucana, quienes montaron empresas de fachada, y el alcalde de Anguía, José Nenil Medina, se reunían con el presidente Pedro Castillo, que habría dado su autorización para la realización de estas operaciones que les redituaron ingentes cantidades de dinero.

Fuentes de la Fiscalía señalaron que para lograr contratos fabulosos entre particulares con el Estado previamente eran coordinados a través de los operadores o lobistas de la presunta organización criminal, habiéndose, en todos los casos, «identificado un común denominador, y es que previo a asegurar dichos negocios existían reuniones con el mismo presidente [Pedro Castillo]».

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Ello se desprende de los registros de ingresos y salidas de Palacio de Gobierno, de las visitas a la casa de Sarratea de propiedad de Alejandro Sánchez Sánchez, donde se habrían realizado los acuerdos a fin de favorecer a empresas privadas mediante contratos direccionados.

EMPRESAS DE FACHADA

Según la hipótesis fiscal, los investigados habrían instrumentalizado empresas de fachada y testaferros para lograr asegurar los contratos y obtener las obras con la activa participación de la lobista Yenifer Paredes Navarro y la coordinación y financiamiento de los hermanos Lilia Paredes (primera dama), David y Walter Paredes Navarro y de los testaferros y hermanos Hugo y Anggie Espino Lucana utilizando sus empresas de fachada, JJM Espino Ingeniería y Construcción SAC y Destcon Ingenieros y Arquitectos SAC.

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