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La delincuencia como psicosocial: Gobierno capitaliza al máximo la desconfianza

Cuando el Estado es incapaz de controlar esta lacra, el problema se vuelve político y se convierte en la agenda del día a día.

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La delincuencia como psicosocial: Gobierno capitaliza al máximo la desconfianza.
Fecha Publicación: 01/10/2023 - 23:00
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Que existe un agudo y complejo problema de delincuencia en todo el país y que el gobierno carece de una estrategia definida para enfrentarla, no tengo la menor duda que así sea. En las mismas condiciones, como existe una delincuencia de cuello blanco y de contenido político relacionada con los delitos de gran corrupción, también no tengo incertidumbre. El problema no es la delincuencia como tal o como se quiere que la entendamos los ciudadanos comunes y corrientes.

En todos los países, desarrollados o subdesarrollados , existe criminalidad de alta, mediana o de baja intensidad. El delito es tan antiguo como el hombre mismo, y lo ha acompañado y lo seguirá acompañando a lo largo de su existencia.

La violación de la ley, bajo distintas y diferentes circunstancias, es parte intrínseca o inherente a la naturaleza humana.

El problema real es cuando el Estado mismo en su conjunto como órgano de gobierno, bajo distintas circunstancias y sucesos pierde su capacidad para prevenir, tratar y controlar la delincuencia en todas y cada una de modalidades.

Es en ese preciso momento, que la criminalidad deja de ser un problema residual o circunscrito a determinadas circunstancias, que pasa ha convertirse en un verdaderamente problema político.

Me refiero a cuando la delincuencia formal y la informal supera todas las expectativas ciudadanas, y se convierte en un fenómeno de primer orden que marca y define el sendero y la ruta de los acontecimientos políticos.

Maniobras discursivas

Hablo de las maniobras discursivas cavilosas, en algunos casos esquivas y en otras evasivas, que se utilizan de manera ambivalente y encubierta, tanto para distraer como para confundir a los ciudadanos, que no tienen por qué ser expertos en prevención del crimen.

El seudo control de la criminalidad es para encubrir actos funcionales deplorables que por razones más que obvias no conviene que salga a la luz pública.

Un medio magnífico de control social y menos que ideal en la medida de las circunstancias, para tener ensimismada, absorta o abstraída a toda la población, para fines de consolidar intereses políticos subalternos al gobierno de turno, tanto para disimular, tapar, encubrir o superponer problemas que requieren que pasen desapercibidos o mejor dicho ignorados por la población.

Me refiero a mantener inmersa a la ciudadanía en un debate estéril y poco productivo en el que se contrapone a la delincuencia y a la seguridad ciudadana como problemas de primer orden, capitalizando al máximo la desconfianza, el desconcierto y el mismo miedo generalizado como mecanismo de sumisión psicológica, y que tiene como eje central el intenso y agudo problema de la delincuencia y la criminalidad en general.

Hablo de un medio más que ideal y hasta estratégico para controlar y tener absorta a una gran parte de la población, frente a otros problemas que conviene que pasen desapercibidos como parte de una aparente normalidad.

Meta verdades

Un discurso político lleno de aparentes verdades, pero que en el fondo encierran una serie de mentiras clamorosas (la meta-verdad), recurriendo de manera constante más a explotar la sensibilidad y emotividad de los mismos ciudadanos, que el logro mismo y consecución de objetivos positivos y palpables.

Por Luis Lamas Puccio

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