Importaciones podrían tener origen en triangulaciones internacionales ilícitas

La venta de biodiesel en el Perú, iniciada en enero del 2009 por la obligación legal de utilizarlo combinado con el diesel -en una participación del 2% del volumen incrementado en el 2011 a 5%- fue materia de cuestionamiento por dumping desde un principio. Motivó denuncias de productores locales ante el Indecopi, que emitió resoluciones en 2010, 2016, 2017 y 2018.

Indecopi impuso derechos antidumping y compensatorios a las importaciones, con los cuales se buscó poner los precios a nivel de mercado y equilibrar las subvenciones en los países de origen. Hoy, se empieza a percibir señales extrañas en el mercado internacional, con el Perú como destino, que ameritan indagación que ya se viene haciendo. Sobre prácticas de triangulación con las que se burla las medidas de protección de nuestro país para tener un mercado competitivo. Todas ellas son materia de denuncia penal, por falsificación de documentos y defraudación al Fisco.

El gobierno, que desde julio pasado decidió autoetiquetarse de “luchador contra la corrupción”, en los últimos días comienza a poner en tela de juicio su actuación con el caso Club de la Construcción -al que se atribuye haber sido aportante económico en la campaña electoral y al que se ha otorgado obras por cifras millonarias en el ejercicio de gobierno- y va a abrirse ahora un nuevo frente con la importación de biodiesel. Los adeptos podrán tipificarlo benévolamente de omisión mientras los opositores podrían atribuirle complicidad. Es preciso explicar con detalle este proceso, que empieza a tornarse truculento.

DUMPING DEL BIODIESEL

En agosto del 2009, a ocho meses de iniciada la venta de biodiesel en el Perú, productores locales presentaron ante Indecopi una denuncia de dumping por el producto proveniente de Estados Unidos. El proceso demoró en resolverse hasta agosto del 2010 cuando la Comisión de Fiscalización de Dumping y Subsidios resolvió la aplicación de derechos compensatorios (Resolución 151-2010/CFD-Indecopi) por un plazo de cinco años, basada en un análisis que determinó que el biodiesel americano tenía un subsidio del 46% del precio de mercado. Esta medida ha sido ampliada luego hasta agosto del 2020, según Resolución 012-2017/CDB-Indecopi, de agosto del 2017.

Tan pronto se impuso esta limitación al producto americano, se empezó a importar desde Argentina, donde también había política de subvenciones, ameritando otro proceso en Indecopi que fue resuelto en el 2016 (Resolución 011-2016/CDB-Indecopi) fijando derechos compensatorios, y confirmado en julio del 2018 mediante Resolución 144 - 2018/ SDC-Indecopi. Asimismo, en el 2016 se fijaron derechos antidumping mediante Resolución 189-2016/CDB-Indecopi ratificada en el 2018 mediante Resolución 145-2018/SDC-Indecopi. Estos hechos son el inicio de la historia que hoy me ocupa.

NUEVOS ORÍGENES

El 2016 parecía iniciarse un ciclo virtuoso para los productores locales al competir en condiciones reales con los productos importados. Sin embargo, no fue así. La importación siguió primando. En el caso de Petroperú, en el 2016 compra a proveedores que declaran a Holanda, Panamá y España como lugares de origen, primando la importación desde Holanda que representó el 51%. En el 2017, los lugares de origen se reducen a dos: Holanda y España, representando el primero con el 66% del volumen total. En el 2018 persisten las importaciones desde España y Holanda, pero aparecen otras también desde Indonesia, Malasia y Japón, siendo Malasia la de mayor participación con 35% del total. Hasta aquí todas parecen operaciones normales de comercio internacional, aunque comienzan a generar suspicacia las importaciones de Malasia e Indonesia por posibles prácticas de subvenciones.

EL VUELCO DE LA HISTORIA

Se supone que desde el 2016 las exportaciones americanas al Perú han sido inexistentes según el registro de Sunat-Aduanas, lo que es consistente con los derechos antidumping y compensatorios normados por Indecopi. Pero aquí  empieza el tema materia de investigación: se tiene información de que hay registro de exportaciones de biodiesel desde Estados Unidos al Perú. La pregunta es: ¿dónde arribaron? Esto ha motivado que se escudriñe las ventas registradas con origen de Holanda y España. Hay varias prácticas ilícitas en el comercio internacional de combustibles y crudo: destinos intermedios para cambios documentarios, mezclas con productos provenientes de otras latitudes, y reexportación consignando a la mezcla un origen que no corresponde de acuerdo a las reglas de certificado de origen burlando no solo a las autoridades del destino intermedio, sino también a las de destino final, en este caso el Perú. Este tipo de práctica tiene diversos antecedentes, una de ellas denunciada en Ecuador que tiene como protagonista a nuestro país.

EXPORTACIONES CON DESTINO CAMBIADO

En enero del 2009, las estatales de petróleo de Ecuador y China, Petroecuador y Petrochina, respectivamente, suscribieron un contrato de alianza estratégica con el que la que la primera despacharía crudo a la segunda para ser procesado en refinerías chinas. El discurso era que se evitaba al intermediario (trader) para tener una relación directa productor-refinador. Se aprovechaba este esquema para honrar la deuda billonaria contraída por el Estado ecuatoriano con la República Popular China. El periodista ecuatoriano Fernando Villavicencio publicó en su país en el 2013 el libro “Ecuador made in China”, donde denunciaba que el discurso de venta de Petroecuador a Petrochina con destino a China no era tal, sino que había traders intermediarios -como Gunvor, Taurus, Castor, y Core Petroleum- que redireccionaban el crudo a otros destinos siendo uno de ellos el Perú y Petroperú el principal cliente.

GUNVOR Y PETROPERU

La multinacional del trader de hidrocarburos Gunvor, señalada en Ecuador con prácticas de redireccionamiento del destino del crudo, ha sido en los últimos años uno de los principales proveedores de crudo y biodiesel de Petroperú. El año pasado proveyó el 100% del biodiesel a la petrolera estatal generando suspicacias. Hoy -que hay investigación en curso de las prácticas de dumping usando el cambio de destino de las adquisiciones en Estados Unidos y Argentina-, la verdad se abrirá paso y sabremos la realidad de las adquisiciones hechas en procesos nada transparentes por Petroperú.

De demostrarse que hay prácticas ilegales en el comercio exterior, punible en los países de origen y en nuestro país, la suspicacia se podrá en convertir en indagatoria judicial de los funcionarios y vendedores por autoría, y de los compradores, en este caso funcionarios de Petroperú, por sospecha de complicidad.

César Gutiérrez

Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook y Twitter.