Generación ‘NINI’: más de millón y medio de jóvenes peruanos ni estudian ni trabajan
El aumento de esta población trae consigo graves consecuencias para un país, ya que los “ninis” se convierten en una población muy vulnerable para ser captada por la delincuencia organizada.
La generación 'nini' es un grupo poblacional conformado por jóvenes que ni estudian ni trabajan, debido a las limitaciones económicas y sociales que tienen para culminar sus estudios o conseguir un empleo. A ello se suma que las familias muchas veces son quienes motivan a los jóvenes para que no abandonen la seguridad del hogar aduciendo que se vive en un mundo hostil.
Los ninis son una problemática que no solo compete a los países subdesarrollados, sino que también a los países desarrollados. En tal sentido, dependerá de cómo las políticas estatales incorporen estos jóvenes al sistema educativo o al mercado laboral para evitar que caigan en la delincuencia, pandillaje y/o drogadicción.
El término 'nini' ('ni estudia, ni trabaja') se emplea para referirse a jóvenes desempleados que no están recibiendo educación ni formación profesional. El término viene del inglés NEET (not in education, employment or training), introducido formalmente por primera vez en el Reino Unido en 1999 con la publicación del informe Bridging the gap: new opportunities for 16-18 year olds not in education, employment or training ('Cerrando la brecha: Nuevas oportunidades para jóvenes entre 16-18 años que no estudian ni trabajan ni reciben formación'). El uso del término se ha extendido en otros países, entre los que se incluyen Japón, China, y Corea del Sur, mientras en los países de habla hispana se utiliza la denominación 'nini'.
La generación 'nini' es un fenómeno esencialmente urbano. Prueba de ello es que las regiones que reportaron un porcentaje de población “nini” inferior al promedio nacional fueron Huancavelica, Amazonas, Puno, Huánuco, Cusco, Cajamarca, Áncash, Junín, Apurímac, San Martín, Pasco, Madre de Dios, Ayacucho y Loreto. La tasa de 'ninis' en el área urbana es de 21.2%, mientras en el área rural es de 10.2%. A esto se suma que el 62.4% de ninis son mujeres y el 37,6% son hombres.
Raíz del problema
La investigación social, desaconseja emplear esta categoría, debido a que agrupa a colectivos muy heterogéneos: personas con bajo nivel de cualificación, con discapacidad o enfermas, dedicadas a trabajo doméstico no remunerado, sin interés por estudiar o trabajar, con dificultades para encontrar empleo, entre otras. Por tanto, obedecen a procesos causales diferentes, por lo que se necesitarían de políticas públicas distintas en el caso de querer abordarlos. Hay quienes consideran que el aumento de esta población trae consigo graves consecuencias para un país, ya que los ninis se convierten en una población muy vulnerable para ser captada por la delincuencia organizada, pues les ofrece ciertos tipos de oportunidades que no podrían obtener a corto plazo por carecer de una buena capacitación.
Los ninis viven en condición social de verdadera marginación, discriminación y exclusión social; son jóvenes que están obligados a mantener una situación forzada de ocio frustrante, obligatorio, impuesto, incómodo, improductivo, angustiante y doloroso. Son desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo, pero que sencillamente no lo logran. Asimismo, están en busca de trabajo y/o instituciones de estudio, hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero solo reciben negativas. Por ello y con el correr de las semanas y de los meses, toman una posición indiferente y resignada ante la realidad, y optan por no estudiar, ya que afirman que no conseguirán trabajo relacionado con sus estudios, o simplemente por falta de ganas y empeño en el estudio.
Cifras en el Perú
La situación de los jóvenes 'ninis' es un tema relevante en el panorama social y económico actual. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 18,3% de jóvenes entre 15 y 29 años no están estudiando ni trabajando. De acuerdo al estudio, solo el 10,5% de ellos combinan estudio y trabajo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2022), se reveló que casi la mitad de los jóvenes solo se dedican al trabajo, mientras que un 22,7% se enfoca únicamente en sus estudios.
Por otro lado, el análisis del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), estima que alrededor de 1,5 millones de jóvenes fueron 'ninis' en 2022. Aunque esta cifra representaba una disminución del 5% con respecto al año anterior, todavía estaba por encima del promedio histórico de 1,3 millones. Es importante destacar que gran parte de este grupo está conformado por mujeres (61,2%), muchas de las cuales se ven afectadas por responsabilidades familiares que limitan sus oportunidades de estudio o empleo.
En este sentido, la crisis de salud afectó a varios grupos y áreas de la economía. Uno de los grupos más impactados, pero menos mencionados, fueron los jóvenes conocidos como 'ninis'. Según las estimaciones, hacia finales del año 2020, aproximadamente 600 mil jóvenes dejaron sus estudios universitarios por esta situación. A pesar de que muchos de ellos buscaron empleo, más de una cuarta parte no logró encontrarlo.
Otros inconvenientes
Un estudio del BID en el 2018 reveló además que el 15% de estos jóvenes son padres de familia (muchas son madres adolescentes) y el 20% vive en hogares con más de siete personas. Por otra parte, más del 50% de los jóvenes “nini” tienen educación básica completa (primaria y secundaria). Sin embargo, también existe un 15% que, a pesar de tener educación superior, también están en esta categoría. El porcentaje de “ninis” y la brecha de género son persistentes en el Perú. En los últimos cinco años, el número de jóvenes “ninis” aumentó en más de 380 mil. Y la diferencia entre el porcentaje de varones y mujeres 'nini' se ha mantenido entre 10 y 11 puntos porcentuales durante este período. Lo que es peor, se espera que esta cifra se incremente durante este año de crisis, debido tanto al aumento del desempleo, como al incremento de la tasa deserción estudiantil.
Causas principales
Una pregunta válida en este contexto es por qué una gran parte de jóvenes son 'ninis'. Muchos podrían creer que se debe a su propio descuido o que no tienen las suficientes aspiraciones para salir adelante. No obstante, la realidad es otra. De acuerdo con el estudio del BID, solo el 3% de jóvenes latinoamericanos son personas inactivas que no realizan labores productivas. El otro 97% ayuda en su casa, busca empleo o tiene alguna discapacidad que le impide trabajar o estudiar.
Entre las principales causas de deserción de los estudios está el embarazo adolescente o el cuidado de una persona (en el caso de las mujeres) y la necesidad de generar ingresos adicionales para el hogar (principalmente en el caso de los varones). Sin embargo, si no llegasen incluso a desertar y concluyeran sus estudios superiores, estos jóvenes encontrarían obstáculos al querer insertarse en el mercado laboral, debido a que la calidad educativa que recibieron no se alinea con las necesidades del mercado (Yamada, Lavado y Martínez, 2014).
Por otra parte, en su búsqueda de empleo muchos jóvenes afirman que son discriminados por su inexperiencia o por el lugar del cual provienen. Ello, sumado a la falta de contactos, los limita tanto en el campo laboral como estudiantil. Adicionalmente, de acuerdo con los investigadores Alcázar, Balarín, Glave y Rodríguez, el limitado servicio de transporte en las zonas donde habitan y la inseguridad ciudadana también juegan un importante rol en la existencia de 'ninis' en el Perú.
MÁS INFORMACIÓN: Los Nenes y los NiNis
Un país con escasez de oportunidades, educación de baja calidad, inseguridad ciudadana y un sistema de transporte precario es, por tanto, el escenario perfecto para que abunden los jóvenes 'nini'. Si bien este es un problema que se ha visibilizado en los últimos años, las estadísticas muestran que poco o nada se ha hecho para contrarrestarlo. ¿Y por qué contrarrestarlo? Más allá del drama que representa la existencia de los 'ninis', ellos representan un capital humano que nuestro país desaprovecha. En Latinoamérica y el Caribe, se estima que la inclusión de “ninis” en la fuerza laboral podría aportar en promedio alrededor de 5% en el PBI (BID, 2017). El crecimiento de los países requiere tanto de capital físico como humano. Invertir en la productividad de los jóvenes es invertir en el desarrollo a mediano y largo plazo, así como en mayor bienestar de la población.
En el Perú, más de 1.3 millones de jóvenes pertenecen a la generación 'nini', grupo de la población que se caracteriza por no estudiar ni trabajar, según el Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial.
El Gobierno debe promover programas de desarrollo con fuentes de trabajo, crear proyectos para comunidades apartadas y proyectar escenarios de motivación para esta generación que en lugar de producir para el país se está perdiendo en probables actividades delictivas, como el robo, estafas o siendo reclutadas por organizaciones de traficantes de drogas, prostitución, tráfico de personas y otras, aumentando la criminalidad en el país. ¿El Estado tiene la respuesta?
Crisis generacional
La crisis de la generación de los 'ninis' se ha acentuado en los últimos años debido a que aunque las generaciones crecen en un ambiente de tecnología y democracia, tienen una gran dificultad para desarrollar un proyecto de vida y de emanciparse. Esta generación se enfrenta con condiciones laborales deterioradas: infraempleo y la no valoración de la formación educativa. Una de las razones por la que los “ninis” sufren de angustia es por la posibilidad de tener una calidad de vida inferior a la de sus padres.
Otra de las causas de la angustia en este grupo de personas se debe a que no le encuentran sentido a estudiar, si después de haberlo hecho les costará mucho trabajo conseguir un empleo relacionado con lo que estudiaron, por lo que deciden no hacer ninguna de las dos cosas y ocuparse su tiempo en ociosidades, lo que causa en ellos una sensación sin sentido.
Una comparación interesante es la que hacen los sociólogos, al contrastar esta generación con las pasadas en las que si los jóvenes no estudiaban, se ponían a trabajar; sin embargo, en las generaciones de la actualidad si los jóvenes no estudian, en muchos casos tampoco trabajan. Un dato interesante es que la mayoría de miembros de esta generación forman parte de familias de clases medias y bajas.
La pandemia agudizó el problema
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), casi 10 millones de jóvenes estaban desempleados en América Latina y el Caribe antes de la pandemia. Seis de cada diez laboraban en la informalidad y cerca de 23 millones se encontraban sin estudiar ni trabajar. En el Perú, según cifras del Ministerio de Trabajo, alrededor de 1,3 millones jóvenes estaban desempleados y sin trabajo. Se define a un “nini” como un joven, de entre 15 y 29 años, cuyo estatus en el mercado laboral no calza con alguna de estas tres categorías: empleado, estudiante o en capacitación. Las cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestran que, al 2019, uno de cada cinco jóvenes peruanos coincide con esta definición.
Los números también indican que este no es un problema que afecta a todos los jóvenes por igual. En el Perú, de cada 100 “ninis”, 65 son mujeres y solo 35 son varones. De las 65 mujeres, 30 pertenecen a etnias indígenas o son afrodescendientes (Alcázar, 2019). Sin embargo, esta diferencia por género no se daría en todos los casos. De acuerdo con el investigador Hugo Ñopo, las diferencias de género no se perciben en el quintil de la población con mayores ingresos. Así, alrededor del 70% de 'ninis' se encuentra entre los tres quintiles con menores ingresos.
LO MEJOR DE ECONOMÍA:
Gratificación saldrá con su ‘yapa’: sepa todos los detalles
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.