César Villanueva sabe demasiado
“Ya disolvió Vizcarra el Congreso. Ahora se va a poner bonita la cosa” y “Ahora hay que estar bien con el tío”, festejaban fiscal Alberto Rossel y su hijo abogado, mientras ayudaban al expremier
Mientras Martín Vizcarra optaba por el silencio, su ex mano derecha, César Villanueva, pasaba el control de identidad en la sede de la División de Investigación de Alta Complejidad (Diviac) de la Policía Nacional, para luego ser derivado al Poder Judicial, donde se evaluaría las condiciones de su detención preliminar. El rostro desanimado pero sereno del expremier expresaba mucho.
En la resolución donde el juez supremo Hugo Núñez –el mismo que anuló el indulto a Alberto Fujimori, y que recientemente archivó el proceso por presunto encubrimiento real a Pedro Chávarry- autorizaba el arresto de Villanueva, a su amigo, el empresario José Santisteban Zurita, y los fiscales Alberto Rossel Alvarado y Ronald Chafloque, hay más de una revelación.
Dentro de las pesquisas, se señala que Rossel Alvarado y su hijo del mismo nombre, pero apellidado Alvarado Obando, en realidad montaron una fachada. El primero iba a buscar “contactos” y a hacer la estrategia de defensa en el caso de la carretera Sisa-Bellavista que construyó Odebrecht hace diez años, mientras el segundo iba a aparecer ante los demás como el representante legal.
Gracias a las interceptaciones a los investigados, se encuentra una conversación breve pero contundente entre estos dos sujetos, respecto a cómo se pretendía ayudar al implicado: celebraban el cierre del Congreso.
RA: Ya disolvió. Ya disolvió Vizcarra el Congreso. Ahora se pone bonita la cosa.
RO: Ah, ¿ya lo disolvió?
RA: Sí, he escuchado en la televisión ahorita. Ahora hay que estar bien con el tío, pero ya no lo llames ahora, mañana, pasado.
Tanto el fiscal Jesús Fernández Alarcón como el juez Hugo Núñez concuerdan en que “el tío” era Villanueva. ¿Cómo podía beneficiar a la defensa de Villanueva la polémica disolución del Congreso?
Al reducir el Parlamento a solo la Comisión Permanente, Vizcarra ha adquirido más poder, ya que no tiene el mismo contrapeso político. Y el ahora detenido era cercano a ese poder. Era un operador. Ambos políticos provincianos se conocen de hace años, y estuvieron muy unidos desde el 2017, a tal punto que el sanmartinense recolectó las firmas para vacar a Pedro Pablo Kuczynski, de tal forma que el moqueguano se eleve a la máxima magistratura del país.
En recordada entrevista a Milagros Leiva, en marzo de 2018, “el tío” aseguró que solo gestionaba la vacancia en bien de la democracia, pero que no buscaba cargo alguno en el Poder Ejecutivo. Apenas PPK salió de Palacio de Gobierno, se le anunció como nuevo presidente del Consejo de Ministros.
“Me negué dos veces, y a la tercera me vi en situación de repensar cómo construíamos un país más descentralizado, con programas de desarrollo planteados desde un inicio”, señaló Villanueva a EXPRESO, el último lunes.
FACTOR CHÁVARRY
Lo que parecía una primavera democrática, pronto se volvió una radicalización del enfrentamiento de Vizcarra con el Congreso y con el entonces fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, con base en sospechas de un supuesto “pacto corrupto” entre el fujimorismo y el magistrado.
“Tienen en el Congreso la oportunidad de sancionar y de determinar una acción de aprobación de la denuncia constitucional contra el señor Chávarry, contra el señor Hinostroza, está en sus manos, me imagino que lo harán y ahí conversaremos”, amenazaba hace un año el jefe de la PCM.
La actuación de Villanueva era funcional a los constantes desafíos del presidente de la República. Esto se agudizó cuando la oposición empezó a criticar el acuerdo de colaboración eficaz que el equipo Lava Jato preparaba con Odebrecht. El principal cuestionamiento era que solo se iban a incluir la Interoceánica Sur, la Línea 1 del Metro, la Vía de Evitamiento del Cusco y la Costa Verde del Callao.
EL CONSORCIADO
En esa situación, se reveló que Vizcarra había sido consorcio de Odebrecht (Conirsa), por medio de las razones sociales que representaba cada uno en el primer proyecto de los cuatro mencionados. Se supo también que solo se iba a cobrar 610 millones de soles en 15 años.
Tanto Villanueva como otros operadores políticos blindaron al mandatario, pero, si bien muchos exigían que se incluya en el convenio el caso Gasoducto del Sur Peruano y el de los peajes de Rutas de Lima, casi nadie sospechaba entonces que una obra comprometería al entonces número 2 del Ejecutivo: la carretera Sisa-Bellavista, construida por los delincuentes brasileños durante la gestión de César Villanueva en el Gobierno Regional de San Martín.
Ahora todo ha cambiado. Si bien el expremier presenta algunos argumentos para rechazar cualquier cargo por soborno o favorecimiento a Odebrecht, el tráfico de influencias, colusión y otros actos que tipificarían como delito, lo han llevado a la cárcel. Todo por gestionar que los fiscales lo ayuden.
¿PRIVILEGIOS?
Sin embargo, hay otra arista del poder que estaría salvándose de ser cuestionada: el equipo especial Lava Jato.
En el documento judicial, aparecen comunicaciones con Alexander Taboada Guardián, fiscal adjunto de Germán Juárez. Para él no se le ha pedido detención preliminar, y menos prisión preventiva, como sus compañeros de labores suelen solicitar.
¿Cuál sería el hecho que privilegia a este funcionario? Que aún no se han recabado suficientes elementos de convicción para ejercer apremios en su contra.
José Luis Gil Becerra, exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia que capturó al cabecilla terrorista Abimael Guzmán, analizó las circunstancias en que se arrestó a Villanueva y a sus presuntos cómplices, y señaló que la intervención habría sido apresurada.
“Creo que han podido llegar más lejos. Si tenemos involucrado a este fiscal del cogollo del equipo Lava Jato, hablamos de solamente un caso. ¿En cuántos casos más se habrá manipulado, favorecido o se iba a favorecer a los investigados? Por mi experiencia, el caso daba para más”, indicó a EXPRESO.
Explicó que las investigaciones policiales de Inteligencia, por lo general, son para capturar a los cabecillas de las organizaciones criminales, y no a los mandos medios. Recordó que, si hubieran arrestado a la bailarina Maritza Garrido-Lecca cuando perseguían a Guzmán, este hubiera escapado, dificultando no solo una nueva captura, sino el acopio de pruebas para condenarlo.
“Hay dos lecturas. Si el Ministerio Público dice que los blancos se dieron cuenta de que eran seguidos, procedía intervenir, pero si los blancos no se han dado cuenta, y han hecho la intervención, pueden haber hecho abortar la operación”, enfatizó.
Gil Becerra –quien postula al Congreso con Todos por el Perú- añadió que el GEIN tenía como lema “Primero investigar para después capturar”, pero ahora se arresta para recién investigar, con un nuevo Código de Procedimientos Penales muy cuestionado.
“Ahora resulta que los fiscales que dicen luchar contra la corrupción también la promueven. Ya no estamos seguros del nivel de putrefacción en el Ministerio Público, que está en crisis moral total. ¿Con qué moral pretenden dirigir investigaciones?”, acotó.
LO PROTEGEN
Mientras la Fiscalía de Lima Norte ha repudiado públicamente las acciones de Alberto Orlando Rossel Alvarado y del fiscal adjunto provincial Ronald Chafloque Chávez (quien era el nexo para contactar a otros magistrados que “ayuden” a Villanueva), a Taboada Guardián solo se le ha retirado del equipo Lava Jato, pero seguirá trabajando en el Ministerio Público.
“La fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos Rivera, separó del Ministerio Público al fiscal adjunto provincial provisional, Ronald Nicolás Chafloque Chávez, del distrito fiscal de Lima Norte. Además, apartó al fiscal adjunto provincial, Alexander Taboada Guardián, del Equipo Especial Lava Jato, quien retornará a su plaza de origen”, informaba la cuenta oficial del MP.
Es decir, el elemento clave para el tráfico de influencias que habría pretendido Villanueva, en tándem con los demás detenidos, seguirá en el organismo titular de la acción penal.

ÁNGULO POLÍTICO
De otra parte el presidente Vizcarra debe explicar por qué permitió que desde el gobierno el extitular de la PCM, César Villanueva Arévalo, haya actuado como el operador de la empresa Odebrecht, constructora brasileña que le habría pagado al expremier la suma de 320 mil dólares por beneficiarlos en la concesión de la carretera San José de Sisa en San Martín.
Como se sabe, Villanueva Arévalo fue detenido este martes por agentes de la División de Investigaciones de Alta Complejidad (Diviac) en el restaurante de la Choza Náutica de Los Olivos. Esto, tras determinarse que buscó tener influencias sobre las investigaciones que realiza el Equipo Especial del caso Lava Jato, específicamente a través del fiscal adjunto Alexander Taboada Guardián.
La solicitud de ordenar la prisión preliminar por siete días en contra de Villanueva y cuatro investigados más por el presunto delito de tráfico de influencias y patrocinio ilegal fue aprobada por el juez Hugo Núñez a pedido del fiscal supremo Jesús Fernández Alarcón.
‘CURRICULUM VITA’
Cabe referir que el primer escándalo en el que estuvo envuelto el ex hombre fuerte de Vizcarra ocurrió el 11 de marzo de 2018. Villanueva, entonces congresista de Alianza para el Progreso (APP) y principal promotor de la vacancia de Pedro Pablo Kuczynski por sus vínculos con Odebrecht, era acusado de integrar una asociación civil con el ex representante de esa constructora en el Perú, Jorge Henrique Simoes Barata.
La denuncia refería que durante la primera gestión de Villanueva como presidente regional de San Martín -entre los años 2007 y 2010- Odebrecht obtuvo la buena pro de la vía Cuñumbuque-San José de Sisa por un monto de 100 millones de soles, obra cuyo costo final fue de 130 millones de soles. La adjudicación se dio a finales de su gestión.
Eso no impidió que el 2 de abril de 2018, César Villanueva juramentara como presidente del Consejo de Ministros, en reemplazo de Mercedes Aráoz, labor que desempeñó hasta el 8 de marzo de 2019 cuando presentó su carta de renuncia debido a que “ya no tenía mucho margen de acción”, al punto que tampoco podía brindar declaraciones a los medios de comunicación si antes no tenía la venia de Palacio de Gobierno.
Los escándalos seguirían. El 6 de agosto de 2019, el ex ejecutivo brasileño declaró ante el Equipo Especial del Caso Lava Jato sobre el caso de la carretera Cuñumbuque—Zapatero—San José de Sisa, proyecto en la región San Martín.
La cual Odebrecht obtuvo su adjudicación en el 2008, cuando el ex primer Villanueva era presidente regional.
Barata reveló que Villanueva recibió de Odebrecht dos pagos en efectivo de US$30 mil por la obra (US$60 mil en total), bajo el ‘codinome’ ‘Curriculum Vitae’. Según se detalló, los pagos a Villanueva fueron por orden de Eleuberto Martorelli, ex ejecutivo de la empresa brasileña en el Perú y exjefe de la firma en Colombia entre el 2012 y 2016.
No qued+o ahí porque el 8 de septiembre de 2019 se supo que en las planillas del “Departamento de Operaciones Estructuradas” de la constructora se registraban siete pagos por US$320 mil en total bajo el citado ‘codinome’, seudónimo que la firma brasileña asignó a Villanueva cuando era presidente regional de San Martín. La cifra total incluía a los US$60 mil revelados antes por el exjefe de Odebrecht en Perú por la carretera San José de Sisa.
JUAN SHEPUT:
“Yo creo que algo debe saber Villanueva de él (del presidente Martín Vizcarra). El silencio es el temor a la represalia a lo que pueda decir Villanueva. No olvidemos que el señor Villanueva fue el operador político de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski”.

CORTAN INVESTIGACIÓN
José Luis Gil Becerra, exmiembro del Grupo Especial de Inteligencia -GEIN, critica que se haya intervenido a presuntos complotadores, cuando se podía continuar el seguimiento hasta llegar al fiscal de equipo Lava Jato que los ayudaba.
POR: CÉSAR ROJAS/ ERICK SÁNCHEZ N.
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