Distancia y mascarilla siguen siendo necesarias
Todo está signado por la incertidumbre y la muerte ocupa un lugar que conocemos ahora más que antes.
Nos estábamos acostumbrando a un mundo sin abrazos, pero es tan difícil. Lo vemos a cada momento en los noticieros sobre los Juegos Olímpicos. Sin embargo, esa es la principal medida: el distanciamiento social que muchas veces es posible, pero que cuesta tanto porque se trata de los padres, de los hijos, de los amigos.
Peligro y advertencia
La otra medida es el uso de la mascarilla, que es absolutamente necesaria, pero que cambia nuestro rostro, que casi lo borra del paisaje. Es difícil acostumbrarse a ella en uno, pero lo es más en los otros que vemos como extraños, con esa señal de peligro y advertencia.
Silencio y resiliencia
Refugiémonos en el silencio y en la resiliencia. Porque qué es una tercera ola en el mar siempre encrespado de la vida, en la pandemia de la propia existencia donde no hay vacuna contra el dolor y la tristeza; donde todo está signado por la incertidumbre y en donde la muerte ocupa un lugar que conocemos ahora más que antes.
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