“Castrovirreyna, tierra querida de mis recuerdos, de quien te deja, de quien te mira, quedan jirones de corazones”, entonan los alegres huancavelicanos.
Sixto Sarmiento
Este hermoso himno al amor lo escucho y lo canto desde niño; desde entonces, poco a poco, su música se fue volviendo parte de mí y su letra recién la entendería cuando las derrotas en las batallas del amor tocaban mi corazón. La canción es desgarradora de principio a fin y hace palpitar a mil por hora al sufriente corazón.
Desde nuestra selva llega la prosa fresca, transparente como agua cristalina, reluciente y pura; llega diáfana como espejo para que el mismo sol pueda mirarse y darse cuenta de la palidez de quienes intentan opacar sus rayos; viene con la fuerza de la madreselva anunciando las buenas nuevas con la mirada bravía de sus ojos grandes; llega como jardín floreciente de palabras para tocar la puerta
La lluviosa mañana viste el camposanto con su lúgubre manto, oscureciendo el día. Para las familias, que acompañan los cortejos fúnebres, caminar por esos lares son apenas sangrantes heridas difíciles de suturar; es que las penas, que se llevan en silencio, duelen más y se agrandan a pesar de compartirlas entre todos.
A finales de los 70 llegué a Lima, con mi ponchito de alpaca, regalo de mi padrino, y una chalina tejida por mí allá en mi lejana Lucanas. En los arenales del sur de Lima vi los mismos jardines de mi pueblo, me sentí bien acogido y mi inocencia de recién llegado hizo de él un hermoso lugar para vivir.
El Fondo Editorial Cultura Peruana acierta, da en el blanco, al entregarnos esta antología que ha preparado el escritor norteamericano Mark R. Cox, quien reúne 39 relatos de los años de la violencia en el Perú.
Desde el sur, con aroma a pulcro sillar, llega “Pasaporte del tiempo”, empolvado, pero brillando, un bello libro de Lily Sánchez, como toda hechura arequipeña. Viene para subvertir las letras con sus cuentos y poemas y para agradar con su muy buen manejo del lenguaje y para hacernos saber, también, que en Arequipa “Los poetas están tristes y santifican a los locos”.
En la Feria del Libro, una joven pareja pregunta, estand tras estand, por un libro especial. Lo encuentran y hojean las relucientes páginas, con la mirada fija, se embelesan con la primera lectura y muestran la sonrisa al mundo como quien sacia el hambre.
En Lucanas, en Huancaloma, en Chaviña, en Andamarca, en Quinua, en Caraybamba, en Chalhuanca o en una de las quebradas de nuestro inmenso territorio, la flor de dalia crece y florece, multicolor, haciendo gala de su eterna soltería; vestida con inocencia, conquista y encanta a los amaneceres y su mirada coqueta hace que el ocaso baje la mirada.
Rompiendo las frías estaciones e intempestivas lluvias, capaces de sorprender y destronar la belleza del arcoíris, desde Puno, la mujer del Altiplano nos sorprende con una obra que trata de un tema tabú, la sexualidad, en particular, la de la mujer, que es tema, lamentablemente, mal enfocado y lleno de miradas negativas.
La crisis educativa ya parece pandémica, y lo más preocupante de todo es que las señales para salir de tremendo entrampamiento son endebles. Sin embargo, los aislados esfuerzos de poquísimos actores educativos abrigan de esperanza y son saludables señales de humo.
En los años 80, en aulas de la Institución Educativa 7035-Leoncio Prado, ubicada en Pamplona Alta, sucedieron hechos que el tiempo se encargó de tallar en su real envergadura. Allí se gestaron propuestas pedagógicas trascendentes como El Festival Folclórico, La Escuela de Padres, El Municipio Escolar, entre otras, que se irradiaron a nivel nacional.
Hace poco, vi a Santiago, un niño de apenas 12 años, leyendo el libro Fútbol y matemáticas de David Sumpter. Mi curiosidad hizo que le preguntara sobre el libro, y con sus respuestas quedé gratamente sorprendido, sentí la contundencia de sus argumentos como un golpe que me condujo a la lona.
En nuestros pueblos del Ande, nuestros mayores son portavoces de mucha sabiduría pues van trasmitiendo oralmente nuestras tradiciones e historias. Sin embargo, los vientos arremolinados pretenden llevárselas consigo y dejar a las próximas generaciones inermes, atadas de pies, manos y pensamiento.
Nuestro Vate sigue viajando por el mundo, vivito, cada vez con más vitalidad. Vallejo despierta muchas emociones, invita a ver la vida con cristales transparentes, sin trastocarla; en Vallejo, los años epi no sonsodios que tienen punto final, todo lo contrario enraíza y florece germinando frutos cada vez más agradables y que son como puertas para salir y refrescarse con otros aires.
Abril, para muchos es el mes cuando las más nobles emociones se abren paso. En abril las estrellas se alinean formando versos. Abril siempre será especial por muchas razones y sinrazones. En este mes de las letras, la estudiosa española Elena Zurrón nos entrega “60 poetas peruanos de la generación del 60” y esta buena nueva es motivo de alegría y razón suficiente para celebrar.
Desde tu cruz, nos hablas, tus heridas siguen sangrando, causando más dolor a pesar de que tantos años han pasado.
En Ayacucho, en la bella y señorial ciudad de Huamanga, el 1 de abril de 1963, se fundó la Tuna Universitaria San Cristóbal de Huamanga (UNSCH), catalogada como la Tuna Decana de América Latina.