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José Cevasco

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Estudiando como casi todos los días por la noche, me toqué con una lectura interesante que tiene que ver con la ideología de los medios de comunicación.

El 2021 es un año clave para nuestro país, no solo porque elegiremos a nuestro presidente y congresistas, sino porque será un año donde tendremos que recuperar nuestra economía.

Si algo me aterra es que un gobernante quiera pensar por mí y hacerme creer que todos debemos ser iguales. Nacemos diferentes y toda la vida lo seremos. Desde el primer día que estamos sobre el planeta nos forman para competir; los padres competirán con otros padres para marcar la diferencia entre sus hijos; desde quién es más bonito hasta quién llora menos por las noches o come más.

Quizás estas fiestas navideñas serán recordadas como una de las más tristes de la historia del Perú y aleccionadoras. dicen que “sólo cuando perdemos algo, recién aprendemos a valorar lo que hemos perdido”. La actual crisis nos ha hecho recordar la importancia de haber tenido libertad, y ahora por causa de una crisis virulenta, ese derecho humano se ha perdido.

Estoy seguro que al surgir las primeras ideas para lo que hoy constituyen las redes sociales, se concibieron como una herramienta para unir a las personas y reducir las distancias geográficas. Facebook se crea en el 2004, tiene más de 2,700 millones de miembros a nivel mundial, mientras que Twitter creada en el 2006 cuenta con más de 328 millones de miembros activos.

La campaña electoral que se avecina será una de las más interesantes desde la óptica de las comunicaciones.

La vicepresidenta encargada de la presidencia del Congreso, ante el pedido de muchos congresistas para que ponga al debate la insistencia del proyecto de ley de devolución de los fondos de la ONP, ha manifestado dos razones que lo “impiden”, primero: porque es la Junta de Portavoces la encargada de decidir el orden de los proyectos de ley para el debate en el pleno del Congreso, y la segunda es

Conforme lo dije la semana pasada las mismas normas que valieron para elegir al señor Sagasti como presidente del Perú fueron las que se aplicaron para la elección del señor Merino. Para el primero fueron válidas, pero cuando se aplicó para el segundo los “periodistas-constitucionalistas” lo interpretaron como “golpe de Estado”.

Si algo está dejando esta crisis política es poner en evidencia lo peligroso que resulta la combinación de la ignorancia, la ira y el acicate de la manipulación de algunos medios de comunicación que luego de azuzar a la violencia esconden la mano.

Sin temor a ser políticamente incorrecto, uno de los peores problemas en la mentalidad de la mayoría de los peruanos es creer que para ejercer un puesto público de elección popular sólo basta con tener las ganas de hacerlo. Creen que sólo se necesita “popularidad” y que lo demás lo pueden hacer los equipos de gobierno.

El problema de las campañas electorales es que se convierten en feria de promesas para conseguir el voto, son perversas y antiéticas cuando la demagogia se convierte en el arma de mayor eficacia contra las personas menos informadas.

¡“El pueblo puede querer muchas cosas, pero es el gobernante quien sabe lo que realmente necesita”. Esta frase me surgió cuando conversaba con un amigo en relación con el proyecto de ley que el Congreso aprobara sobre la devolución de los aportes de las AFP.

El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) aclaró la modificación de la Constitución sobre la reelección inmediata de congresistas, ratificada por referéndum por la población, haciendo que el Perú sea el segundo país latinoamericano en prohibirla junto con Costa Rica.

Terminado el partido de fútbol Perú-Paraguay recibí cual “pelota en cara “ la noticia de que el Congreso había aprobado y exonerado de segunda votación el proyecto de ley que restituye a los profesores y directores de colegios que no participaron o que fueran desaprobados en el proceso de la Carrera Pública Magisterial del 2014; de los catorce mil profesores interinos y que deberían evaluarse s

El espacio político es aquél donde tratan de convivir aquellos que tienen el poder con quienes en forma indirecta quieren influenciar sobre él.

En una amplia entrevista que me hizo José Romero Arce para el “Oráculo de don Tribi”, puso “el dedo en la llaga” cuando me preguntó sobre la preparación que deben tener los aspirantes al Congreso. La pregunta me hizo reflexionar sobre los cambios que deben darse para mejorar la calidad de los parlamentarios y, en general, de los postulantes a cualquier cargo público de elección popular.

La crisis política de los ocho días debe dejarnos varias lecciones. Primera: “No comiences una batalla si sabes que no la ganarás”. Iniciar un conflicto para generar expectativas, provocada por indignación basada en hechos reales, políticos o jurídicos, no es suficiente. Especialmente si es que no cuentas con los votos o el poder social necesario.

Estos días de agitación y efervescencia política son para reflexionar. Soy de los que repiten una y otra vez que los impulsos no llevan generalmente a nada bueno. Los impulsos son reacciones impensadas y que sólo hacen engrandecer las crisis que pueden generase. Si bien las reacciones deben ser inmediatas cuando surge una crisis, éstas no tienen porque ser impulsivas.

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