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Muerte de la aeromoza Marita Alpaca: un crimen que conmovió al Perú

Hace 34 años fue hallado el cuerpo sin vida y sin útero de Marita Alpaca en la terraza del hotel Sheraton.

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Muerte de la aeromoza Marita Alpaca: un crimen que conmovió al Perú.
Fecha Publicación: 16/09/2024 - 03:57
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Uno de los casos más tenebrosos y macabros de feminicidio se dio a mediados del año 1990, y fue tristemente protagonizado por Marita Alpaca y el banquero Leandro Reaño Cabrejos. El caso tuvo un gran impacto mediático, dejando en segundo plano la elección de Alberto Fujimori como presidente de nuestro país. 

Marita Alpaca nació en Arequipa y trabajó como modelo y azafata. Cuando fue asesinada, tenía 33 años y un hijo de 9 años. Respecto al feminicida se conoce que pertenecía a una familia adinerada y que fue presidente del Banco de Comercio. Era divorciado y también tenía un hijo. “Era una chica maravillosa, buenísima, inteligente, más que nada inteligente, era carismática”, indicó Corina Raa al desaparecido programa “El Dominical”.

En la madrugada del 19 de agosto de 1990 ocurrió uno de los crímenes que sacudieron la conciencia de todo el país quedando grabado para siempre en la memoria de los que vivieron las incidencias de este violento hecho.

La muerte de Marita Alpaca, hace 34 años, nunca quedará en el olvido ya que por esa época el Perú se caracterizaba por una desatada violencia contra la mujer, eran tantos casos de violencia que la prensa peruana acuñó la frase feminicidio al tratar el tema de violencia contra la mujer.

Hace más de 34 años, el cuerpo desnudo y sin útero de Marita Alpaca fue hallado en la terraza del hotel Sheraton, tras ser arrojado por el banquero Leandro Reaño. Esta es la historia de un crimen que conmovió al país.

Ese día, el acaudalado banquero José Leandro Reaño Cabrejos lanzó por la ventana del piso 19 del hotel Sheraton a su amante, Marita Alpaca Raa, dando inicio a uno de los casos policiales más sonados y con ribetes novelescos de nuestra historia.

Los hechos

En las primeras horas de aquel 19 de agosto, huéspedes y trabajadores del Sheraton se toparon con una macabra escena. El cuerpo desnudo de una mujer yacía al borde de la piscina ubicada en la terraza exterior del establecimiento. En un primer momento, el cadáver fue identificado como Fernanda del Águila Ruiz, empleada de limpieza de 37 años. Pero la propia madre de Marita la reconocería al día siguiente al ver la foto publicada en los periódicos. Tenía solo 33 años. Los primeros indicios hablaban de un suicidio, pero en cuanto comenzó a investigarse más en el fondo del asunto, se descubrió la verdad. Marita había sido arrojada desde el piso 19 del reconocido hotel.

Leandro Reaño era un gerente del Banco de Comercio de 41 años y heredero, además, de varios negocios derivados de la actividad minera, mientras que Marita Alpaca se desempeñaba como azafata y estudiaba idiomas. Tenía un hijo pequeño, cuyo padre la había abandonado.

Contacto fatal

Ambos se conocieron fortuitamente cuando el pequeño carro de Marita casi choca el lujoso auto de Leandro. Ofuscado, el hombre de negocios bajó de su vehículo para resolver el problema, a golpes si era necesario, pero se encontró con una joven guapa, asustada y confundida. El flechazo para él fue instantáneo. Le envió flores por el inconveniente y luego la invitó a salir. Se hicieron pareja y él la llevó a vivir a un departamento en San Isidro. Todo parecía ir de maravillas, pero ella quería tener un hijo con él y el banquero se negaba. La madre de Marita contaría después que ella llegó a quedar embarazada, pero que él la hizo abortar hasta en dos oportunidades, ella manifestó que Reaño mató a su hija por negarse a abortar, ya que se encontraba embarazada.

Previo a la cita con la muerte

La noche del 18 de agosto de 1990, Reaño llevó a Alpaca al Sheraton y disfrutaron de una espléndida cena, cuya cuenta fue de 510 millones de intis de aquella época. Luego se instalaron en una habitación del piso 19 de aquel hotel 5 estrellas. En algún momento de la madrugada discutieron por alguna razón. Él la golpeó y la terminó arrojando por la ventana.

Haciendo uso de su dinero e influencias, el banquero viajó a Brasil y pagó 200 mil dólares a malos policías para alterar los expedientes y abrir varias líneas de acción en su defensa. Se alteraron y borraron varias huellas de la escena del crimen. Comenzó entonces una campaña de desprestigio contra Marita, a la que se acusó en la prensa de ser una prostituta de élite.

Especulaciones sobre los motivos

La noche del 18 de agosto de 1990, Marita Alpaca y José fueron al hotel Sheraton para pasar una agradable velada. Sin embargo, tras instalarse en una de las habitaciones del piso 19 del recinto de cinco estrellas, él empezó a golpearla. Luego de esto, la arrojó por la ventana.

Al día siguiente, en la madrugada, se reportó el cuerpo sin vida de la joven. Los huéspedes y trabajadores del hotel la habían encontrado al borde de la piscina ubicada en la terraza. Aunque se creía que ella se había suicidado, las primeras investigaciones arrojaron a Reaño como el culpable, pues era la última persona que vio y estaba junto a ella antes de su muerte.

Lo peor de todo fue que el banquero pretendió hacer pasar el cadáver de Marita como el de una empleada de limpieza del Sheraton, cuya identificación era Fernanda del Águila Ruiz. No fue hasta horas después que Corina Raa vio las fotografías de su hija en los periódicos y la reconoció.

En 1990, los medios se preguntaban: ¿Dónde está el útero de Marita Alpaca?

Marita Alpaca, aeromoza de 33 años, caía desde el piso 19 del hotel Sheraton. Los que estaban cerca al suelo lo interpretaron como un suicidio, a pesar del particular detalle que cayó con una biblia entre los brazos.

Su cadáver fue identificado como una NN y a través de la cobertura periodística pudo ser identificada por su familia, quienes insistieron en una severa investigación.

La habitación que vio caer a Marita había sido separada por nada más y nada menos que Leandro Reaño, gerente del Banco de Comercio y un pequeño magnate de la sociedad peruana.

Los primeros indicios de la Policía señalaban que ellos habían tenido una discusión y él la sometió a golpes y empujones, lo que terminó haciéndola caer por la ventana. Uno de los motivos de la pelea habría sido el reciente aborto de la mujer asesinada. Aborto que fue forzada a realizarse por el presunto asesino.

Reaño huyó a Brasil y su defensa inició una campaña de demolición en el que hicieron quedar a Marita como una prostituta, con tal de desprestigiar los argumentos en contra del millonario. A pesar de eso, el empresario fue detenido al momento de regresar al Perú, creyendo que tenía a la justicia de su lado.

Como parte del proceso, se ordenó una exhumación para determinar si hubo o no un aborto. Los especialistas determinaron que no había rastros del mismo, pero la madre sugirió que el útero había sido intercambiado para encubrir al acusado.

Leandro Reaño fue condenado a siete años de prisión por delito de homicidio simple y se le absolvió del cargo de aborto en agravio del Estado. Cumplió su sentencia y se corrió el rumor de que había fallecido por cáncer terminal, aunque en el 2012 se le vio deambulando en Miraflores. Vivía en un hostal llamado El Reducto, lejos de los lujos de antaño.

Otros medios dijeron

La madrugada del 19 de agosto de 1990, huéspedes y trabajadores del famoso hotel Sheraton se toparon con una terrible escena: El cuerpo desnudo de una mujer yacía al borde de la piscina en la terraza exterior del edificio.

En un principio, se identificó al cadáver como Fernanda del Águila Ruiz, una de las empleadas del hotel de 37 años. Sin embargo, fue la madre de Marita quien la reconocería al día siguiente tras ver su fotografía en los periódicos de la época.

Marita Alpaca Raa tenía 33 años, y los indicios sobre su terrible muerte iniciaban con un presunto suicidio, sin embargo, al llevar más a fondo la investigación se descubrió la verdad: Marita no había cometido suicidio, la habían arrojado desde el piso 19.

La fatídica noche

La noche previa al asesinato de Marita, Reaño la llevó al Sheraton, donde cenaron y pasaron un momento agradable, instalándose en una habitación del piso 19.

En algún momento de la madrugada, discutieron fuertemente por alguna razón. Él la golpeó y terminó lanzándola por la ventana. El banquero, haciendo uso de su poder e influencia, escapó a Brasil y pagó 200 mil dólares a agentes de la policía para salir libre de culpa.

Estos malos policías alteraron expedientes, borrando huellas de Reaño en la escena del crimen, iniciando incluso una campaña de desprestigio en contra de Marita, sindicando que era una prostituta de élite.

Cuando la madre de Marita fue a la morgue a recuperar el cuerpo de su hija, alguien ya había pagado más de 3 mil dólares por un lujoso entierro en el cuartel Natalia del Cementerio del Callao.

Reaño, el principal sospechoso, ya se encontraba en Río de Janeiro, bajo la protección de malos agentes de la policía, esperando a que la situación se calme, al menos para él, pues casi no había otro tema de discusión en el país.

No olvidar jamás

Si eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.

Además, la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye feriados).

¿Dónde está el útero de Marita?

Cuando la madre de la víctima fue a la morgue a recuperar el cuerpo de su hija, alguien ya había pagado 3 mil 500 dólares por un entierro lujoso en el nicho B-32 del cuartel Natalia del Cementerio del Callao. El principal sospechoso había desaparecido, protegido por la Policía, y se encontraba desde el 22 de agosto en Río de Janeiro, esperando que las aguas se calmen para volver.

La valiente madre denunció entonces que su hija estaba embarazada cuando murió y la verdad comenzó a abrirse paso. Reaño regresó al país y fue detenido, pero negó que alguna vez la hubiese hecho abortar. Exhumaron el cadáver, lo examinaron y la Policía dijo que en el útero no había rastros de aborto.

Pero la madre logró demostrar que ese órgano no era de su hija, que lo habían cambiado y entonces apareció en el diario ‘Extra’ de aquellos años un gran titular que se preguntaba: “¿Dónde está el útero de Marita?”, el cual después sirvió de inspiración para una conocida web.

Crimen sin culpa

Reaño, que fuera inmortalizado por el cómico Carlos Álvarez con la frase: “quítame la cámara”, fue condenado en 1995 a siete años de prisión por el delito de homicidio simple y al pago de una reparación de 200 mil soles a Corina Raa, la madre de Marita Alpaca. Sin embargo, salió en libertad en 1998 y solo llegó a pagar 120 mil soles, pues luego hizo correr el rumor de que había fallecido de cáncer terminal.

En el año 2012, un programa de televisión lo sorprendió, ya con 63 años, paseando por Miraflores, aunque se negó a declarar a la prensa sin mostrar signos de arrepentimiento.

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