Ministerio de Defensa y FAP afinan detalles con Saab en recta final por compra de aviones Gripen E
Reuniones privadas apuntan a definir el contrato más caro en el sector milita en décadas.
En medio del tramo decisivo para elegir los nuevos aviones de guerra del Perú, altos funcionarios del Ministerio de Defensa y la FAP sostuvieron reuniones clave con representantes del fabricante sueco-brasileño Saab, proveedor del modelo Gripen E.
Las citas, registradas los días 10 y 11 de junio, evidencian el avance de las negociaciones antes del anuncio oficial del postor ganador en el millonario proceso de adquisición de 24 aeronaves de combate.
El 11 de junio, el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Carlos Chávez, recibió al jefe de ventas de Saab, Andrés Vélez, con quien dialogó durante aproximadamente dos horas.
La reunión se desarrolló en un contexto de expectativa institucional, ya que se aproxima la resolución final sobre qué flota equipará a la FAP durante las próximas décadas.
Un día antes, el 10 de junio, Víctor Pomar, director de Compensaciones Industriales y Sociales del Ministerio de Defensa, recibió en su despacho a una delegación de ejecutivos de Saab.
Entre ellos figuró Klas Forsman, jefe de la misión sueca, con amplia trayectoria en ventas internacionales del sector defensa; además de Ewa Nowaczewska, directora de cooperación industrial, y Christer Olsson, encargado de ventas en América Latina.
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Estas reuniones apuntaron a consolidar la propuesta de offset que Saab ofrece al Perú como parte del contrato.
Este mecanismo implica que, además de proveer armamento, la empresa extranjera se compromete a llevar a cabo inversiones o transferencias de tecnología dentro del país comprador.
Según fuentes del sector Defensa, ese componente sería determinante para inclinar la balanza a favor del Gripen E.
No obstante, especialistas y oficiales consultados advierten que este modelo aún no fue probado en combate real, a diferencia de sus competidores directos como el F-16 Block 70 o el Dassault Rafale.
Saab ensambló el Gripen E en Brasil, desde donde también gestiona soporte técnico y mantenimiento, lo que implicaría una dependencia regional que podría acarrear riesgos logísticos.
“El Gripen E aún es una incógnita en el campo de batalla. Su desempeño sigue siendo una promesa”, señalaron fuentes militares con conocimiento del proceso. A pesar de ello, el Ejecutivo evalúa positivamente la cercanía geográfica de Brasil como punto de ensamblaje y soporte, además de los beneficios industriales que se activarían con la firma del contrato.
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