Medio millón de peruanos en la Amazonía vive en la oscuridad: ingeniero Patricio Bracamonte analiza esta problemática
Falta de electricidad en comunidades amazónicas limita derechos básicos como salud, educación y comunicación. Expertos plantean soluciones sostenibles y descentralizadas.
Mientras el mundo desarrolla soluciones energéticas de alta tecnología para llevar electricidad a zonas remotas, en la Amazonía peruana, miles de familias aún viven sin acceso a este servicio esencial. La situación, que afecta a más de medio millón de personas, revela una deuda histórica del Estado con una de las regiones más diversas y vulnerables del país.
Comunidades como Flor de Punga, en Loreto, o Nueva Esperanza, en Ucayali, carecen de suministro eléctrico permanente. En muchas de ellas, no se pueden refrigerar vacunas en los centros de salud y las escuelas dependen de paneles solares donados, instalados en locales alquilados, que luego deben ser retirados y reinstalados en otras sedes, generando sobrecostos, cortes e incluso pérdidas del sistema.
“No es un tema técnico, es una falla de planificación y coordinación. Y sobre todo, es una vulneración de derechos”, señala Patricio Bracamonte Montes, ingeniero con más de 25 años de experiencia en sistemas eléctricos de alta tensión, automatización y control.
Bracamonte ha recorrido diversas zonas de la selva donde el Estado solo aparece en el papel. Su propuesta es clara: la Amazonía necesita un modelo de energía descentralizado, limpio y con participación comunitaria. Y lo necesita ahora.
El modelo planteado por el especialista contempla un sistema híbrido, que combine diversas fuentes según la realidad de cada comunidad. Se propone priorizar paneles solares y sistemas eólicos para escuelas, postas médicas y centros de telecomunicaciones; instalar microcentrales hidroeléctricas de bajo impacto donde sea posible, y evaluar la implementación futura de centrales nucleares portátiles, de bajo impacto ambiental, como ya se usa en países con geografías difíciles.
Sin embargo, para que estas soluciones sean sostenibles, la capacitación técnica local es clave. “Cada comunidad debe contar con personal propio que pueda operar y mantener su sistema. No se trata solo de instalar paneles y dejarlos ahí”, enfatiza Bracamonte.
MÁS INFORMACIÓN: Iluminación inteligente contribuye a la eficiencia energética
También se sugiere establecer una tarifa eléctrica comunitaria asequible, que permita valorar el servicio, garantizar su mantenimiento y dar derecho a exigir calidad.
Costos y beneficios
El costo estimado para electrificar una comunidad de 100 familias con un sistema descentralizado e híbrido puede partir desde los 150 mil dólares, incluyendo capacitación y equipamiento de calidad. La demanda inicial suele ser baja –ya que muchas familias no cuentan aún con electrodomésticos– pero está previsto que crezca gradualmente, por lo que el sistema debe ser escalable.
Más allá del costo, los beneficios sociales, educativos, sanitarios y económicos son incalculables. La electricidad permite conservar medicinas, mejorar la educación, acceder a información, generar emprendimientos y conectarse con el país.
¿Por qué no se ha avanzado?
Según Bracamonte, el estancamiento se debe a tres factores: centralismo técnico, que prioriza proyectos de alto rédito político; falta de planificación a largo plazo; y una baja transparencia en la ejecución de obras, lo que favorece la corrupción y la ineficiencia. “Es necesario abrir la información de cada proyecto, establecer indicadores públicos de ejecución y fiscalizar las inversiones”, advierte.
Innovar con visión
Mientras países desarrollados exploran tecnologías como reactores nucleares modulares portátiles para electrificar zonas remotas, Perú aún depende de generadores a diésel y redes de transmisión ineficientes. Sin embargo, la innovación no es exclusiva del primer mundo. “La tecnología existe. Lo que falta es voluntad política”, sostiene el ingeniero.
Incorporar la electrificación amazónica como una prioridad nacional requiere políticas públicas específicas, alianzas entre gobiernos regionales, universidades, comunidades y el sector privado, y una ciudadanía vigilante.
“La Amazonía ha estado demasiado tiempo en la oscuridad. No podemos hablar de transición energética ni de bicentenario si dejamos atrás a medio millón de peruanos”, concluye el especialista.
Más sobre Amazonía
Motociclistas serán multados si cubren placa del chaleco con mochilas o cajas de delivery
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.